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domingo, 17 de febrero de 2019

BREVE ENSAYO SOBRE EL RETRATO

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Actualización 2018





BREVE ENSAYO SOBRE EL RETRATO
Dedicado a los docentes que se proponen despertar
en sus alumnos la pasión por la Fotografía.

 

Por Pedro Taracena Gil

PRÓLOGO

La tecnología ha propiciado que la fotografía sea de uso popular. Todo aquel que utilice una cámara, no importa el tipo ni el soporte utilizado, es un fotógrafo. Convencionalmente, sólo se considera fotógrafo al profesional que vive de ello. Las imágenes obtenidas son obra de un fotógrafo y su calidad objetiva o subjetiva, nada tienen que ver con la dedicación profesional. Hay fotógrafos que prefieren llamarse amateur, vocablo francés que en una de sus acepciones, es el de amante. Es decir, no aficionado a la fotografía y sí amante de la fotografía. La fotografía es un arte y como tal, es la expresión de libertad del autor. No obstante, este breve ensayo, pretende ser un acercamiento al apasionante mundo de la fotografía, y tiene la intención de dedicarle toda su atención al retrato.  Busca  la complicidad del lector para descubrir juntos el humanismo existente que hay entre el retrato y el autorretrato. El retrato es una de las expresiones artísticas clásicas y la fotografía, sólo es una de las formas de representarlo. Aquello que un fotógrafo puede crear, no viene apuntado en este libro. Se trata de romper el paradigma establecido, que es tanto como decir que la toma fotográfica debe ser un acto en libertad. Y el breve tiempo que transcurre entre una toma y otra, es el responsable de que sea irrepetible. No tengo ninguna duda de que el retrato fue y sigue siendo la primera expresión de humanismo de la fotografía. El arte y la pasión de retratar han sido y siguen siendo, mi satisfacción como fotógrafo. Más aún,  añoro mi infancia cuando descubrí al retratista y a la retratista, que en mi pueblo hacían los retratos del primer carné de identidad y sus cámaras fueron testigos de las bodas, bautizos, comuniones y hasta las procesiones y las  faenas del campo. Pero sobre el retrato hay que avanzar y profundizar. Hay que romper muchos paradigmas. Muchos prejuicios. Inventar nuevos campos de encuentro entre el fotógrafo y el modelo. Hay que salir del plató donde marcan la pauta al retratista, el marketing, la publicidad y el dinero. El retrato es otra cosa… Una sesión fotográfica es un encuentro, donde el fotógrafo y el modelo van a librar una batalla en libertad, pero también en complicidad y confianza. He aprendido de todos los retratistas que de una forma o de otra han pasado por mi vida, pero mi gran maestro ha sido Juan Vicente Gómez Gómez, fotógrafo, abogado, periodista y en aquel entonces director del Centro Nacional de Fotografía de Caracas (Venezuela). Un día le mostré algunos retratos y me contestó: Pedro, para abordar el retrato en todas sus formas, debes de apartar de ti todos los prejuicios y complejos. Es un hecho en libertad. El contenido de este modesto ensayo puede ser una pauta para descubrir las aptitudes de cada retratista y trabajar en grupo; creando un autentico taller de retratería

PRIMERA PARTE

Capítulo I


APROXIMACIÓN AL RETRATO

“Ningún arte me habla tan poderosamente de la parte más frágil y más verdadera de mí mismo como la fotografía. De mí mismo y del mundo, del pasado individual y del que comparto con otros y el recuerdo sin haberlo vivido”. Antonio Muñoz Molina, escritor.
“Antes de hacer fotos, he visto muchas fotos”. El autorretrato es crear otra realidad. Crear una imagen por dentro. Ouka Leele (Bárbara Allende). Premio Nacional de Fotografía.
“Nauguib Mahfuz, gran retratista y premio Nobel de Literatura en 1988, ha sido durante décadas un gigante literario y moral en el mundo árabe. Como escritor, Mahfuz era el gran retratista de la vida cairota del siglo XX, el maestro indiscutible del realismo egipcio y el mejor escritor en una de las lenguas más hermosas y más habladas del planeta”. Otra forma de ser retratista.
“La fotografía representa una parte importantísima de mi vida, desde todos los puntos de vista y desarrollando todo tipo de experiencias alrededor de ella. Mi trabajo contiene imágenes y sensaciones, reflexiones y diálogos, referencias al cine y a la música, y diversos placeres en torno a tan apasionante recreo visual”. Antonio Alay. Fotógrafo.

EL PRIMITIVO TALLER DE RETRATERÍA



Daguerrotipo


El título de este capítulo, Taller de Retratería, evoca los orígenes de este oficio. Para recordarlo, si escudriñamos en los albores de la fotografía, encontraremos los llamados daguerrotipos, aquí nos detenemos un instante. Estos primeros trabajos se deben a Daguerre, considerado el padre de la retratería. Ejemplo de algunos daguerrotipos. A pesar de la corta biografía del universo de imagen, algunas fotos han hecho historia.
Daguerrotipo.- El procedimiento de la daguerrotipia consiste en someter a los vapores de yodo (formación de yoduro de plata, sensible a la luz) una placa de cobre, plateada y pulimentada. Después de la exposición, bastante prolongada, la imagen se somete a los vapores de mercurio, y seguidamente se fija con hiposulfito sódico. La daguerrotipia da directamente una imagen positiva, de la que no es posible sacar copias, a diferencia de un cliché fotográfico. Fuente: Gran Enciclopedia Larousse.
Jacques Daguerre.- Inventor francés (Cormeilles-en-Parisis 1787 –Bry-sur-Marne 1851) Se le confió la dirección de las decoraciones del Ambigú, y, más adelante, de la ópera cómica y de la ópera. Después de haber colaborado en la ejecución de varios panoramas,  ideó, en 1822, el diorama, en el que las combinaciones de iluminaciones de la tela por delante y detrás permitían obtener curiosas transformaciones. Utilizó la cámara oscura. Trató de asociarse con Nicéphore Niepce, quien en 1826 había conseguido fijar las imágenes. Éste, en 1829, consistió en la asociación para el perfeccionamiento del invento. Desde la muerte de Niepce (1833), Daguerre trabajó solo, y, en 1835, descubrió la acción del vapor de mercurio sobre el yoduro de plata impresionado, y, dos años después, la posibilidad de disolver, el yoduro residual, en una solución caliente de sal común. Así se obtuvieron en 1838, los primeros daguerrotipos. Daguerre intentó en vano interesar a los hombres de negocios en su invento, pero no tuvo éxito hasta que lo presentó a la Academia de ciencias. Fuente Gran Enciclopedia Larousse.

EL PICTORIALISMO



Pedro Taracena Gil

El Pictorialismo es una corriente fotográfica con pretensiones artísticas a nivel mundial, entre finales de los años 1880 y el final de la primera guerra mundial. Su nombre lo toma del término inglés picture (imagen) y no de paint (pintura). Esto supone hablar de una imagen más dentro de lo existente, de una imagen simple captada separada de un mero registro de la realidad. Supera la realidad. Surge como una reacción a la fotografía de aficionados, considerada vulgar. También está al otro extremo de la fotografía academicista, con vocación de disciplina artística. Los autores de este movimiento se consideran fotógrafos y artistas. Se distancian de la realidad para que sus fotografías sean sólo imágenes y no una mera representación de la realidad, motivo por el cual buscan deliberadamente el desenfoque o efecto floue. Este adjetivo femenino  francés que en este idioma quiere decir borroso y tono suave en términos de pintura. Movido y desenfocado para la fotografía. En el campo figurativo sería confuso, impreciso y vago, cuando se trata de una idea. Una imagen fotográfica o cinematográfica, deliberadamente borrosa, está bajo el efecto flou.
Ideas y Técnicas
El Pictorialismo selecciona los temas: Paisajes en días nublados, de lluvia o niebla. Buscando que las imágenes no sean nítidas. En el campo del retrato, se eligen principalmente figuras femeninas; buscando esa borrosidad. El fotógrafo pictorialista también se ve seducido por las alegorías cargadas de simbolismo. Los juegos de luces y sombras, filtros, pantallas y demás utensilios, provocando la dificultad de ver claramente. No se enfoca de forma deliberada, para conseguir un efecto similar al conseguido por la pintura impresionista. Surgiendo la fotografía impresionista. Los fotógrafos impresionistas buscaban capturar imágenes a través de la cámara oscura, sin objetivos. El concepto de imágenes nobles, se conseguía a través de la manipulación del revelado y positivado; añadiendo carbón, bromóleo, goma bicromada; buscando la similitud con el grabado. Se pretendía conseguir con estas técnicas, una obra única; destruyendo el negativo para impedir copia de imágenes.  Las fotografías pictorialistas, se enmarcaban con rimbombantes marcos, propios de pinturas antiguas.
Los antecedentes del pictorialismo los encontramos en Julia Margaret Cameron y Henry Perch Robinson; investigadores del efecto floue. Este último vino a ser el apoyo teórico a este movimiento, a través de la obra Efecto Pictorial en Fotografía en el año 1869. Pero el nacimiento del Pictorialismo, propiamente dicho, comienza con la publicación en 1889 del libro Naturalistic Photography de Peter Henry Emerson con fuerte influencia de los pintores impresionistas.
En España destaca la obra de José Ortiz Echagüe y entre los grupos que se adhirieron a este movimiento, sobresale la Real Sociedad Fotográfica. De estas dos implicaciones en el movimiento pictorialista, da fe de ello el libro de la  Historia de la Real, páginas 58 y 59, recientemente publicado.
Es importante reseñar de igual modo, el libro “50 AÑOS DE FOTOGRAFÍA ESPAÑOLA”. En el cual se recoge la colección de la Real Sociedad Fotográfica (1900–1950). Cuyo contenido fue expuesto en la Fundación Cultural MAFRE VIDA, del 15 de Julio al 29 de Septiembre de 1996. Estos grupos organizaron exposiciones, publicaron revistas, manifiestos… Son colectivos muy elitistas que limitan el acceso de miembros y de fotografías en sus exposiciones.
La decadencia
Hacia el año 1910 alcanza el movimiento su punto álgido, entrando en un proceso de decadencia por el agotamiento de sus propuestas y los cambios sociales habidos, donde su  reivindicación artística carece de sentido. Tras el fin de la primera guerra mundial, sus principales autores abandonan el movimiento ante el empuje del Nuevo Realismo Fotográfico.
No obstante, en circunstancias aisladas como la de España, continúa su desarrollo hasta bien concluida la Guerra Civil. Quizás, a juicio del autor de este ensayo, La Escuela de Madrid fue la encargada de retomar la antorcha del realismo fotográfico.
Valoraciones
Como sucede casi siempre, los críticos de todo movimiento artístico, no muestran un juicio uniforme. En este acontecimiento artístico, se añade la circunstancia de contaminación que la fotografía tiene de la pintura, precisamente en los umbrales del arte fotográfico. Algunas valoraciones recogidas de críticos del Pictorialismo, nos permiten ahondar más sobre este movimiento, donde no hay duda que es la puesta de largo de la fotografía como arte:
  1. Primer movimiento verdaderamente artístico en fotografía.
  2. Avances en investigación fotográfica obtenidos (Tratamiento de la luz, trabajos en positivado, filtros).
  3. Algunos consideran que este movimiento es la no fotografía. Sus obras no constituyen una huella de la realidad, ni tampoco se puede obtener una multiplicidad de copias y, además, no favorece la popularización del acceso y disfrute de la fotografía. Tres cualidades básicas en el concepto fotográfico:
Esta discusión no ha quedado resuelta en modo alguno. Es más, hoy día tiene plena vigencia por cuanto que algunos autores defienden los valores estéticos de la imagen, mientras que otros fotógrafos sostienen el valor de las imágenes como testimonio social de la realidad.
En galerías de arte, salas de exposiciones, revistas… podemos observar cómo la fotografía es utilizada por algunos como medio de reflexión artística y por otros como medio de reflexión social.

EL DESNUDO



Peter Lindbergh

Nacimos desnudos y poco a poco los demás, la familia, la sociedad, se ocupa de ir poniéndonos la ropa... La ropa del pudor, el vestido de la vergüenza, el abrigo de los prejuicios. Poco a poco nos ocultamos de nosotros mismos y del prójimo; cobijándonos bajo la gran capa de la moral y las buenas costumbres. Nos avergonzamos de nosotros mismos. Nos negamos. No nos reconocemos. No nos aceptamos. Queremos ocultar aquello que el otro no quiere ver. Deseamos contemplar aquello que nos gusta pero la sociedad nos prohíbe. Sólo mostramos aquello que aceptan los demás. Nuestra propia aceptación no cuenta. Es la hipocresía la que ordena qué tenemos que mostrar y aquello que nos imponen ocultar. Nos han educado para negarnos, para no dejarnos querer... Y en la medida que tú te aceptes y te reconozcas, te dejarás amar.
Un niño de nueve años vive la espontaneidad y el naturismo, sabiendo entroncarlo con su vida social y escolar. Al regreso de sus vacaciones, disfrutadas en un lugar



Robert Mapplethorpe

naturista de nuestro país, el profesor le invitó como a todos los niños de su clase, a realizar un trabajo que consistía en hacer un dibujo reflejando sus actividades y un texto narrando sus experiencias. Cuando el niño volvió a casa de su primer día de clase, contó a sus padres, con todo tipo de detalles su narración y sus ilustraciones. Pero este niño hizo a sus padres una importante aclaración: A todos, os he pintado un bañador. ¡No iba a poneos desnudos delante de la clase! Él estuvo a la altura de las circunstancias en cada momento. Supo adaptarse y respetar el contexto de su ambiente. Una semana más tarde, este niño, en compañía de su clase, visitó la exposición de las excavaciones de Atapuerca. Allí había una reproducción muy bien ambientada del “Homo antecessor”, de un grupo de homínidos totalmente desnudos. Este fue el único que no exclamó ¡Mira tiene el pito al aire! O También, ¡Se le ve la cola! Sus vivencias naturistas y nudistas le permitieron discernir y adaptarse. Aquí está su incipiente madurez, basada en la espontaneidad y la naturalidad.



Robert Mapplethorpe

Otras de las perspectivas, desde las cuales se puede estudiar el cuerpo humano, son el retrato y el autorretrato. Poco a poco se crea un espacio mágico entre el fotógrafo y el modelo, entre el objetivo de la cámara y su mirada. El estudio fotográfico se convierte en un pequeño campo de batalla, donde se libra la lucha entre la agresión del fotógrafo con su cámara; entrando en la intimidad del modelo y el desafío que supone para él, su respuesta; utilizando su mirada como única arma. Esa mirada mantenida, es el reflejo de su autoestima, de su aceptación y seguridad en sí mismo. Cuando el modelo va cediendo tensión en favor de su identificación con la cámara, irá aceptando ser reconocido por el otro. En la medida que el modelo se reconozca en las fotografías, se habrá aceptado así mismo. Si además somos capaces de recorrer el camino del retrato al autorretrato, habremos conseguido gozar del Narciso que todos llevamos dentro y compartir este gozo con los demás. Nos habremos reconocido y nos habremos dejado reconocer, dando ocasión para descubrirnos el yo; abandonando la máscara que nos oculta, que nos anula. Todos nosotros deberíamos conseguir nuestro reportaje fotográfico, muestra de nuestra aceptación y nuestro reconocimiento. Prueba de haber superado el recorrido del retrato al autorretrato. Seríamos más amados y amaríamos más...

OTRA FORMA DE HACER RETRATOS

He leído el magistral artículo sobre “Cómo fotografiar desnudos”. TEMA PRÁCTICO, incluido en la REVISTA FOTO. Impecable el planteamiento y una auténtica obra de arte las fotografías que ilustran el trabajo. Permitidme como asiduo lector y fotógrafo, aunque amateur, aquí en términos fotográficos sería amante, que aporte otro punto de vista sobre este tema, sobre todo, bajo el planteamiento y la pretensión de colocar la fotografía en la categoría de arte universal.
No hay duda que haber concedido, por primera vez, el premio Príncipe de Asturias de las Artes, a un fotógrafo, Sebatiáo Salgado, supone un reconocimiento a la fotografía como una de las Bellas Artes y por tanto universal.
A partir de esta premisa, si seguimos considerando que cuando hablamos del arte de fotografiar desnudos, sólo hablamos de trabajar con “las modelos”, y no, con “los modelos”, entonces, estamos mutilando en su origen, este arte que deseamos universal. En todo el magnífico texto, es una auténtica loa a las fotografías del cuerpo de las “modelos” y de las “novias”. La obra de arte fotográfico, no alcanzaría la dimensión universal, si cuando hablamos de fotógrafos, jamás habláramos de fotógrafas y sin entrar en consideraciones puramente discriminatorias, sería un error pensar, que sólo el cuerpo desnudo deba de ser femenino, porque la belleza sea patrimonio del cuerpo de la mujer y no del cuerpo humano. En todas las artes plásticas, se ha contemplado el cuerpo humano como expresión de belleza. Hombre y mujer. Mujer y hombre. Desde los clásicos al Renacimiento. En la escultura, en la pintura y en la fotografía. "Hippolyte Jean Flandrin", (1809-1864) “Joven desnudo sentado a la orilla del mar”  (Pintura). Barón Wilhelm von Gloeden, (1856-1931). “Hombre desnudo sentado en una roca” (Fotografía). Robert Mapplethorpe (1946-1989) colección Ajitto (Fotografía) y Andy Warhol (1928-1987) (Pop Art).
Estos cuatro ejemplos me han servido para ilustrar mi aportación, inspirada en sus obras. Evidentemente que la fotografía, desde sus orígenes, ha consagrado  grandes fotógrafos, al desnudo masculino. Buena prueba de ello, queda recopilado en el libro EL CUERPO, de William A. Ewing.
Pero me ha extrañado que el autor del artículo que ahora ocupa nuestra atención, limite el tema a sólo una parte de la belleza de la condición humana.  Mi planteamiento, un tanto osado, lo enmarco dentro de un ámbito de mayor libertad, con mayor creatividad y menos “profesional”. El retrato, el autorretrato, el fotógrafo, la fotógrafa y el modelo o la modelo, no deben encorsetarse en un rígido estudio y en una metodología de “manual”. El hacer y hacerse fotos desnudos, entre hombres y mujeres, sin otorgar papeles preestablecidos de género, de fotógrafo y modelo, nos proporciona una terapia muy saludable de autoestima y de reconocimiento por parte del otro. Dando lugar a un desafío en libertad, entre la mirada y el objetivo. Este clima de espontaneidad, nos ayudará a obtener todo lo bello que tenemos en nuestra condición humana, huyendo de modelos con pretensiones de monopolizar la belleza, siempre con pretensiones mercantilistas. De esta forma, EL ARTE, lo encontraremos, fuera de los platos publicitarios, también.

Capítulo II

CUANDO LA FOTOGRAFÍA ES LITERATURA


      

  Pedro Taracena Gil


Siempre que el fotógrafo concibe en su fantasía, una imagen, está escribiendo una página literaria. Las imágenes se convierten en letras y los objetos fotografiados rebasan la realidad. El mar, el cielo, la aurora, el ocaso, abandonan su apariencia real y nos transportan a un sinfín de percepciones. El cielo y el mar abandonan los marinos y cobaltos, para presentar un amanecer enladrillado de estaño y un atardecer abrasivo, como si el horizonte se inmolara en una luminosa hoguera. Una toma ambiental se convierte en página lírica cuando, el fotógrafo, ha logrado meter en la escena todo lo que no se ve. Recordemos imágenes del fotógrafo francés, Robert Doisneau, de ciertas entradas del metro de París. Lo que menos se contempla es una boca de metro, allí el modernismo de principios de siglo, evoca el París de la Resistencia, el amor, la vida cotidiana. Siempre que contemplemos una porción de los inconfundibles azulejos del suburbano, se producirá una abstracción hacia otras percepciones. Una vieja ventana, todo una historia.
El fotógrafo, como el escritor, en su mundo fantástico, ve muchas más realidades que el objetivo de su cámara. Hay fotografías que pasan a ser, páginas breves y a veces grandes relatos. Cuando contemplamos una exposición fotográfica, legado de un autor, estamos leyendo las memorias de su época. Todo aquello que fue capaz de ver y que ahora gozamos de su percepción. Es real que lleguemos a contemplar imágenes que él imaginó y que nos transmite a través de sus copias, pero sólo en el contenido fantástico que desborda la mancha fotográfica.
El álbum personal y los libros de autor, son auténticos obras narrativas. Cuando estamos ante una obra de arte fotográfica, los comentarios y crónicas de los críticos, poco pueden añadir a las sensaciones vividas por el espectador, en este caso, lector de estas obras. No siempre el mismo fotógrafo es consciente de que es autor de esta realidad, de poemas hermosos y de una lírica desbordante.
En mi vocación tardía de escribidor, que no de escritor, estoy descubriendo que los fotógrafos escriben, atrapando la luz en su cámara oscura, y sin embargo, nos privan de los textos a través de su pluma. Los tiempos que corren, paradoja de la vida, ponen en nuestras manos una misma herramienta para escribir e ilustrar esta doble manera de expresión artística. El autor puede bajarse una imagen a su pantalla de ordenador y al mismo tiempo, plasmar sus percepciones. Todo en la misma máquina. No obstante, habitualmente estamos condenados al divorcio, entre el autor del reportaje y su cronista. Sería más enriquecedor que, el autor presentara su obra desnuda; aportando la crítica didáctica y pedagógica de sus imágenes. Siempre que fuere posible, el fotógrafo no debía renunciar a completar su página literaria.
No pocos autores mantienen que una imagen vale más que mil palabras. La primera lectura de una imagen fotográfica, se percibe en el mundo de las emociones. A veces esta emotividad es tan afectiva que se pierde cualquier otra percepción. Si se supera o abandona esta primera  impresión, otras facetas aguardan nuestra atención. Encuadre, contraste, textura, enfoque, contenido. La primera lectura irrumpe en nuestra sensibilidad personal. “Me gusta o me desagrada”. “Me implico o abandono la escena”. Es una visión subjetiva, vista con los prejuicios del observador. Un desnudo femenino o masculino, conquista la sensualidad y sexualidad intima de quien la contempla. Un ambiente de un pueblo, “me llega o no me llega”. Pero si descubro que este pueblo, es el mío y en la calle veo reflejada toda mi adolescencia, entonces, esa imagen invadirá mis emociones. No obstante, superado el momento de nuestra subjetividad, un mundo preñado de fantasías nos espera. Y por supuesto las imágenes nos transportarán donde el autor haya deseado y quizás mucho más allá. Sentiremos lo mismo que el fotógrafo nos haya deseado transmitir. Y viajaremos con nuestra imaginación a otros mundos inimaginables por el autor. Una escena real nos puede catapultar hacia lo abstracto y unas sombras insinuantes nos pueden hacer vivir lo concreto. Estos planteamientos, nos ayudarán a gozar en la lectura de las imágenes y leer entre líneas, la fantasía de los fotógrafos.
La narrativa de  Cervantes nos permite ahora, contemplar las imágenes que fue capaz de plasmar con su pluma. Gran maestro del lenguaje y perfecto fotógrafo de su época. Narrador y retratista. “Monstruo de la Naturaleza “. Acercó  el objetivo de su talento al fondo del ser humano y con su gran angular captó el disparate  del mundo como nadie. Don Miguel con su narrativa utilizó todos los recursos de la fotografía: El retrato y el paisaje. El periodismo audiovisual y las crónicas sociales preñadas de ilustraciones magistrales. Si no hubiera dominado al arte de expresar con el verbo las imágenes que bullían en su mente, los grabadores posteriores, no podrían haber perpetuado los retratos de sus personajes y la sociedad de su tiempo, con tanta nitidez, textura y profundidad de campo.
Artículo publicado en el Boletín de la Real Socidad Fotográfica.

LO BELLO


Pedro Taracena Gil

La belleza del hombre ha sido secuestrada para la fotografía. La imagen de un hombre desnudo en manos de otro hombre, arde en la hoguera de los prejuicios.  Al hombre le está vetado admirar lo bello que hay en otro hombre. Y sólo en privado, puede admirar la belleza propia. Un desnudo masculino enmudece a los jurados y les deja sin criterios de discusión y crítica. Prefieren dejarlos a un lado. El desnudo masculino está forzosamente ligado a la proscrita homosexualidad. La sociedad se ha despojado del gusto para admirar la belleza masculina, más aún, el epíteto de bello entra en conflicto con lo varonil, lo macho. Al hombre no se le reconoce la estética. El varón se inhibe de opinar bajo la ignorancia aparente de: Yo no entiendo de hombres. Sin embargo, ante la belleza del hombre, se han rendido muchos escultores, pintores y algunos fotógrafos francotiradores. Dando rienda suelta a su libertad artística. Un fotógrafo no puede crear fotos de hombres desnudos sin arriesgar en el intento, su hombría y sobre todo su fama y buena imagen. Se habla siempre del fotógrafo y la modelo, pocas veces de la fotógrafa y el modelo y jamás, del fotógrafo y el modelo. En los manuales de fotografía abundan más las prácticas con las modelos y en pocos casos, se hacen trabajos con los modelos.
La fotografía es un arte y como tal, es libertad. La belleza no tiene sexo. Ni tampoco edad. Y siempre nos devuelve la imagen que impacta en nuestra retina. Hay sensaciones que no estaban en la intención del fotógrafo, pero nuestra percepción puede albergar mundos inimaginables en aquel que contempla la imagen. Sin embargo el artista pretenderá penetrar en el mundo de las emociones, con insinuaciones propicias para obtener una visión subjetiva de la imagen. Cuando aportamos nuestra subjetividad, nuestros prejuicios en el orden moral, a la hora de contemplar una imagen fotográfica, percibimos toda la sensualidad y sexualidad que el fotógrafo nos muestra. Y en este momento es cuando pasamos por el crisol de nuestra escala de valores todo el mensaje artístico. Se establece entre la imagen y el espectador un lenguaje que fluye entre el autor y el admirador de su obra. Abordar una colección de desnudos masculinos, sólo proponérselo, es un reto en sí mismo. Los modelos, los escenarios y el mantener en las tomas, el difícil equilibrio entre lo erótico y lo pornográfico, es una tarea ardua y debe de abordarse al margen de cualquier prejuicio social, moral o religioso. El Renacimiento italiano es buena muestra de humanismo y libertad. El fotógrafo nuca puede ser juez y censor de su propia obra. Aunque sí crítico en el aspecto técnico. El autor es libre y plasma libertad. Tampoco puede atarse a predicados, tales como: No herir sensibilidades. Atenerse a los usos y costumbres. La estética comúnmente aceptada. Y así una serie de hipócritas consignas. La creatividad es un acto en libertad. Si no hay ruptura de todo corsé que asfixie la imaginación del fotógrafo, no hay obra de arte. Habrá simplemente una fotografía. Se trata, una vez más, de romper el paradigma. Discrepar  de las ideas de los demás y transgredir las rancias e inamovibles reglas, permiten el hecho creativo.

Capítulo III

REFLEXIONES SOBRE EL LIBRO:
 “EL CUERPO” DE WILLIAM A. EWING

 
Man Ray

Me atrevo a escribir mis reflexiones sobre el libro EL CUERPO. Un extenso reportaje de 432 páginas y 366 ilustraciones, escrito y recopilado por William A. Ewing. Este libro dedicado al cuerpo como objeto del fotógrafo, es un compendio necesario de la historia de la conquista de la libertad, en busca de la verdad, donde el cuerpo está “vestido de luz”. Desde el principio del libro, muestra que, “no está tan clara la línea divisoria entre la pornografía y el erotismo, si está presente la belleza”. En la parte central del libro, el autor desarrolla, a través de las ilustraciones y unos textos magistralmente comentados, el tratamiento que se le ha dispensado a este tema. Estos comentarios son el resultado de unas notas tomadas de la hemeroteca desde el comienzo de la historia de la fotografía del cuerpo humano. Sobre todo reflejando el tratamiento socio-cultural que al cuerpo desnudo se le ha dado.
William A. Ewing, se plantea un paralelismo entre la lucha del hombre por su libertad y la historia de la fotografía del desnudo. En este paralelismo hay autores del desnudo que han logrado cotas de libertad muy cercanas a los logros sociales del hombre actual. Los prejuicios sociales y las censuras interesadas, aunque con algunas excepciones, están superadas. Yo considero este libro como un canto a la verdad y a la libertad. Considero sublime toda la obra recopilada de nuestros predecesores que valientemente trataron el cuerpo como el centro de todos los objetos, como lo más importante,  ajeno a su vestido.


                             
                                                      Man Ray

La estructura del texto establece una guía dividida en capítulos y cada uno de ellos trata de una faceta del tema: El cuerpo fragmentado que potencia las formas. El cuerpo tratado como figuras, en la tradición del desnudo del cuerpo completo.
Las indagaciones en la fotografía del cuerpo, prestan su servicio a las aplicaciones e investigaciones científicas. El cuerpo como carne mortal, cuerpo inanimado. La danza y los deportes tratados como destrezas del cuerpo, es el objeto de toda la actividad de reporteros de eventos. Otro campo trabajado dentro de esta guía, es el Eros, como objeto de deseo sensual y sexual, profundamente arraigado en el corazón natural del hombre. La enajenación trata del cuerpo oprimido y torturado, es el hombre objeto de contemplación y de destrucción. 



Ajitto. Robert Mapplethorpe

Y también los ídolos, producto obtenido cuando el cuerpo se idealiza. Unos serán de interés para ser fotografiados y otros desearán fotografiar. Modelos y fotógrafos. El mito de Narciso está magistralmente tratado bajo la figura del espejo y de la máscara. En el capítulo de la política implica a todas las fotografías del cuerpo con polémica y conflictos morales, el cuerpo como vínculo y separación de raza y género. Las tomas del cuerpo pueden sufrir transformaciones y metamorfosis, trabajos de estudio y de luz. Y por último, la cámara, no solo puede tomar imágenes del cuerpo, sino también, de la mente: Los sueños, las fantasías y las obsesiones. El cuerpo como encuentro del mundo exterior y del mundo interior. Tanto la revista EL PASEANTE, como el libro EL CUERPO, son un tratado monográfico sobre la mujer y el hombre, vistos desnudos a través del objetivo de una cámara fotográfica, desde los umbrales de la fotografía hasta nuestros días. Ante todo, este libro es un hito y puede ser un complemento en la biblioteca de todo fotógrafo.
Publicado por el autor en el Boletín de la Real Sociedad Fotográfica.

Capítulo IV

EL MIEDO AL RETRATO




Jeanloup Sieff

Una sesión fotográfica debe ser concebida como un  acontecimiento irrepetible. Un proceso que transforma un rechazo radical a la cámara en defensa del YO, en una relajación capaz de descubrir el  NARCISO que todos llevamos dentro. Pasando por la complicidad entre el fotógrafo y el modelo, donde cada evento se convierte en un hito. Se debe de entender, también, la fotógrafa y la modelo. La creatividad y el arte nacen de la agresión que ejerce el objetivo sobre el rostro huidizo a captar. Algunos aspectos configuran el marco en el cual se obtendrá la eficacia de plasmar instantáneas únicas:

  1. Un clima de respeto, confianza y libertad.
  2. El ambiente emocional y atmosférico.
  3. Escenarios ergonómicos, naturales y seguros.
  4. Iniciativas compartidas entre el modelo y el fotógrafo, donde fluya la comunicación.
  5. El silencio, la música o el ruido de ambiente, deben ser factores para apoyar el éxito de la sesión.
Una vez prisioneros en la clausura de la sesión fotográfica, el modelo y el retratista, son dueños y protagonistas de todo el acontecer que allí tenga lugar. Nada está decidido a priori. Es el devenir del proceso fotográfico el que marcará la etapa siguiente. Ambos deben preparar el lugar o los lugares que servirán de estudio o plató. En paralelo surgirá la confianza y la complicidad.
Las tomas de primeros planos sobre el rostro, potenciarán los ojos, la mirada, la boca y los perfiles y texturas de la piel. En estas secuencias los primeros desafíos entre ambos protagonistas, arrojan los primeros frutos. El retratista, en todo momento, debe narrar lo bello que observa a través del visor de la cámara. La fuerza de la mirada, el poder sensual de los labios o ese gracejo en el gesto. Es el momento en el cual se debe comenzar a tomar fotos del busto, apoyándose el modelo en sus propias manos o en algún soporte. La variación en el vestuario muestra aspectos con los cuales puede identificarse el retratado y que el fotógrafo puede sacar provecho. El modelo despojado de medio cuerpo, con el torso desnudo, proporciona imágenes de mucha reafirmación femenina o varonil. Postrado o de pie. De frente o de perfil. Más tarde se pueden hacer tomas con los pies descalzos y de cuerpo entero. Tendido en el suelo o sobre un sofá o cama. Aquí las posturas deben ser consensuadas, en las cuales, el modelo, se sienta lo más expresivo y cómodo posible.
Es el momento de contemplar si el reportaje  se encuentra en situación de saltar la línea de la intimidad y sobre todo si el modelo sigue siendo cómplice. Estas escenas pueden dar paso a otra toma donde, el tipo de ropa interior establezca las pretensiones del modelo en la intimidad. En el caso de que éste desee ser fotografiado desnudo de forma integral, comienza el trabajo más importante para el retratista. Debe de llenar su desnudez de contenido para que el modelo deje de verse desvalido, impotente y se le debe de prestar todo tipo de soporte, apoyo, ayuda hasta que la desnudez sea ágil, elástica, relajada, libre... Atención a las huellas dejadas por la ropa, es preciso esperar envueltos de batas, albornoces o toallas. El profesional del retrato debe de aportar todo tipo de complementos de apoyo, para que la modelo o el modelo, se sientan seguros. Como lienzos, objetos, ropa de cama, etc. El sexo sólo se dejará ver si el modelo lo cree conveniente.  Las tomas se harán de pie y postrado, buscando ángulos estéticos y creativos, llenos de insinuaciones  vivas. Si es posible, ambos actores, el fotógrafo y el modelo no deben de renunciar a la utilización del agua, como motivo añadido y en muchos casos esencial. El agua cayendo sobre un cuerpo en camiseta, por ejemplo, donde se marcan las formas femeninas o masculinas, supone un plus de erotismo nada despreciable. Utilizando flash, el agua paraliza la imagen y el cuerpo filtrado presenta una percepción impresionista. Bajo el agua, ducha o baño, las posibilidades son innumerables y los resultados sorprendentes.
Las fotos en el campo sobre un terreno agreste, contrastando la desnudez del cuerpo, presentan una alegoría de la fusión con la naturaleza. El hombre y la tierra. También se puede elegir escenarios de ambiente antiguo, decorados, paredes, puertas y estancias rurales. Siempre y en cualquier escenario, el fotógrafo y el modelo, deben de compartir la complicidad. Ésta es la garantía de que la identificación es total.
De esta forma una sesión fotográfica, es algo más que una secuencia profesional en un plató de publicidad, donde haya alguna transacción económica. Sin embargo puede convertirse en un punto de partida amical, más allá de la pura anécdota de ser fotografiado. Por ejemplo, un ejercicio muy saludable para el fotógrafo, es que deje de serlo y pase a ser modelo agredido por aquel que antes era su víctima. Utilizar el blanco y negro es potenciar la magia de la imagen. Sin despreciar el color. La escasez de luz bien aprovechada, nos proporciona  imágenes muy sugerentes.
Continuando con la sesión fotográfica, el siguiente paso para seguir avanzando en el terreno de la exhibición erótica, sólo debe darlo la persona a retratar. La imagen de un ser humano es privada y nadie tiene el derecho a ella, sin el consentimiento y la complicidad del sujeto a fotografiar. Y en este terreno poco se puede añadir. Son los actores los que deben decidir. Puede ser una disculpa para ser protagonistas de una experiencia llena de belleza y sensualidad. Preñada de sensaciones y expresiones de un sinfín de sentimientos en libertad.
No obstante, una vez abordada una sesión fotográfica en la intimidad, todo vale a partir del pacto de complicidad y ausencia de temores entre los protagonistas. La creatividad romperá la timidez. Entre las lecciones magistrales dictadas por maestros de la fotografía, una de las que más puede ayudar al fotógrafo que aborde el desnudo, es la ausencia de prejuicios. Este tipo de reportajes no se pueden abordar coaccionado por los tabúes del pasado y del presente. Es un acto en libertad que rompe cualquier paradigma.
Del retrato al autorretrato, pasando por el mutuo reportaje, es un camino muy saludable para estimular la autoestima. Amarse a uno mismo para dejarse amar por los demás.

Capítulo V

EL NARCISISMO 





Narciso (mitología)

Narciso, en la mitología griega, hermoso joven, hijo del dios del río Cefiso y de la ninfa Liríope. A causa de su gran belleza, tanto doncellas como muchachos se enamoraban de Narciso, pero él rechazaba sus insinuaciones. Entre las jóvenes heridas por su amor estaba la ninfa Eco, quien había disgustado a Hera y ésta la había condenado a repetir las últimas palabras de lo que se le dijera. Eco fue, por tanto, incapaz de hablarle a Narciso de su amor, pero un día, cuando Narciso estaba caminando por el bosque, acabó apartándose de sus compañeros. Cuando él preguntaba “¿Hay alguien aquí?”, Eco contenta respondía: “Aquí, aquí”. Incapaz de verla oculta entre los árboles, Narciso le gritó: “¡Ven!”. Después de responder: “Ven, ven”, Eco salió de entre los árboles con los brazos abiertos. Narciso cruelmente se negó a aceptar el amor de Eco; ella estaba tan apenada que se ocultó en una cueva y allí se consumió hasta que nada quedó de ella salvo su voz. Para castigar a Narciso, Némesis, la diosa de la venganza, hizo que se apasionara de su propia imagen reflejada en una fuente. En una contemplación absorta, incapaz de apartarse de su imagen, acabó arrojándose a las aguas. En el sitio donde su cuerpo había caído, creció una hermosa flor, que hizo honor al nombre y la memoria de Narciso.



Dorling Kindersley
Narciso

El narciso es una herbácea bulbosa nativa del hemisferio oriental muy cultivada por las flores de color amarillo intenso. Las especies del género Narcissus se cuentan entre las de floración primaveral más precoz.

   Narcisismo

Narcisismo, término que proviene de Narciso, personaje del que todos se enamoraban a causa de su gran belleza, y que denota el amor excesivo a uno mismo.
En su Introducción al narcisismo (1914), Sigmund Freud lo definió como “el estancamiento de toda la energía de la libido en el yo“, y destacó dos tipos: el primario y el secundario. El narcisismo primario o primitivo es aquel que corresponde al estado de ‘omnipotencia infantil’, cuando el niño todavía no diferencia claramente su ser de los objetos del mundo exterior y es él su propio objeto de amor. Niños narcisistas serían aquellos que se rebelan ante la elección de objetos externos y sacan provecho de esta situación compadeciéndose a sí mismos y reclamando más atención (véase Psicología infantil). El narcisismo secundario es un estado patológico posterior y permanente que suele darse en adolescentes, artistas y personas que se repliegan sobre sí mismas.
Freud introdujo el término ‘neurosis narcisista’ como grupo de patologías en las cuales la libido se retira de los objetos del mundo exterior y se dirige por completo al yo. Incluyó en este grupo la paranoia, la esquizofrenia, los estados maníacos y la melancolía.

RETRATAR A NARCISO

Para todo fotógrafo es un reto tomar imágenes de un modelo de la forma más natural posible. La cámara supone un elemento de agresión a la persona a fotografiar. Si el profesional de la imagen no dota de armas de defensa al modelo, es difícil plasmar lo auténtico, genuino y espontáneo de la persona retratada. Sobre todo si el fotógrafo huye de las poses repetidas, comerciales, tópicas y típicas.  El modelo presenta ante el objetivo una serie de prejuicios, temores, desconfianzas, rechazos y falta de autoestima. Casi nadie se siente fotogénico y todos salimos mal en las fotos. Cada modelo se ha ocupado a lo largo de su vida de matar al Narciso que cada uno lleva dentro. No obstante, todo fotógrafo que se precie debe dominar el complejo mundo del retrato, tanto la técnica como otras estrategias humanísticas; Creando un mundo de libertad, confianza y complicidad; Fomentando el reconocimiento mutuo con el modelo; Transmitiendo permanentemente toda imagen que el profesional contempla a través del visor de su cámara; alejándose del plató o estudio convencional; transformando las técnicas de Marketing en herramientas humanísticas orientado más hacia el arte y menos hacia el comercio. Mayor humanidad y menos puestas en escena vacías de contenido. Cuerpos sin vida.
Esta introducción es un pretexto para contar mi experiencia como fotógrafo en este campo. Cuando por primera vez me encontré ante un modelo narcisista confeso y convicto, todos mis planteamientos para abordar una sesión fotográfica, se tambalearon. Después de la primera entrevista, acudí sin dudarlo a las fuentes de información que me proporcionaba la mitología clásica. Al fin cuando abordé la sesión, tuve la certeza que tenía la oportunidad de retratar al mismísimo mito griego. Estaba ante mí, dispuesto a mostrarse tal cual vive todavía, como uno de las grandes realidades. Comenzada la sesión, apenas tuve que diseñar pequeños retoques de luz y variar algunos grados en las tomas del gran angular. Cada secuencia de aquel evento fueron apuntes de una lección magistral. Donde el fotógrafo era el alumno del modelo. Sin necesidad de la más mínima indicación, el Narciso  se asomaba a través de su propia mirada, la expresión de su boca y los primeros planos de su rostro. Afirmando su presencia, acomodándose a la cámara que apenas tenía que capturar aquellas improntas como imágenes acabadas con toda riqueza de matices. Deseo irrenunciable e innegable del Narciso que moraba en el modelo. Las posturas de músculos, brazos, piernas y busto, posaban ante el objetivo de la cámara como ante un espejo. El Narciso se contempla ante sí mismo y así se muestra ante los demás. Sin pudor, ausente de prejuicios, libre, enamorado de sí mismo y rechazando los amores de los  demás. El Narciso representa la reafirmación del ego más puro. La autoestima y la libertad más absolutas. Sólo rinde cuentas a él mismo. Fuera de él no hay belleza y tampoco admite que sea otro quien reconozca su singularidad. Él es suficiente para reconocerse y amarse. Es el perfecto auto retratista. El fotógrafo no tiene que esforzarse en extraer el Narciso que todos llevamos dentro, éste surge en el primero de los planos, se sitúa en la escena y ya jamás  la abandonará. Treinta y seis secuencias fueron demasiadas para retratar al personaje mítico, porque una de ellas es suficiente para reconocer al Narciso con todo su esplendor.
El narcisismo ha sido tratado desde el punto de vista social y psicológico, como se refleja en el preámbulo de este trabajo, pero en el campo de la fotografía es un aspecto apasionante, quizás, poco explorado. Como enamorado de la fotografía, más aún, como retratista, considero un hito en mi carrera haber logrado fotografiar al mito de Narciso. El agua de aquella fuente mítica, ha sido remplazada por mi cámara y allí, el mito sigue viviendo.
Este mismo trabajo se lo envié al modelo narcisista y ésta fue su respuesta:


¿Te has inspirado en el Narciso que conoces o es simple inspiración? Me ha parecido bien, sólo que el Narciso del que te hablo sería incapaz de quitarse la vida, está demasiado enamorado de sí mismo.

Un fuerte abrazo.

Narciso.

Capítulo VI

LA TENSIÓN FOTOGRÁFICA

En las escuelas de fotografía nos ensañan las formas técnicamente correctas de obtener imágenes. Nos hablan del encuadre, de los primeros planos, las texturas, profundidad de campo, forzado de la sensibilidad, también del aprovechamiento del formato e inclusive tomando lecciones de grandes fotógrafos, nos recuerdan aquello de “más cerca” de Robert Capa. Pero en ningún manual de fotografía se habla de la tensión que soporta el fotógrafo o retratista en busca del lugar y momento más idóneo para captar aquella  imagen irrepetible, que había concebido en su cabeza. Me refiero a la vivencia de toda persona que siente la vocación de atrapara la luz a través del objetivo de la cámara, allí donde se encuentre, rodeado de circunstancias no siempre favorables. Siempre que el fotógrafo se deje acompañar de su cámara, allí donde vaya quedará prisionero sin poderlo evitar, de una dualidad de la que jamás se dejará liberar. Si practica montañismo o senderismo, la lucha entre el equipo ineludible de su mochila y demás accesorios de nieve o lluvia, siempre,  librará la batalla de captar todo aquello que le rodea y acontece, a través de su cámara.  No es fácil ejercer de fotógrafo y hacerlo compatible con las dificultades del terreno y las inclemencias del tiempo. En el caso de eventos donde el fotógrafo se ve sometido a normas rígidas del uso de cámaras y en no pocos casos, perseguido por la prohibición de capturar  imágenes, la situación le crea una frustración difícil de superar; privado de poder contar de forma plástica todo aquello que su saber mirar le permita. Con estas limitaciones se mutila la libertad del fotógrafo de poder captar los primeros planos que no vienen en las postales y su particular forma, a veces mediante arriesgadas acrobacias, de ángulos popularmente poco aceptados o tradicionalmente incorrectos; trasgrediendo la armonía, la simetría o simplemente cambiando la posición de la toma. Todo ello crea al retratista una ansiedad cuando se le escapan aquellos momentos irrepetibles. Imágenes perdidas que jamás volverán a producirse. Ortos y  ocasos. Posición de las nubes en el cielo. Contrastes de luces, sombras y colores. Gestos semblantes y rostros que reflejan las mil y una faceta del ser humano. Sin olvidar que el fotógrafo vive el momento cultural, histórico y hasta familiar  del evento en el cual está inmerso. La tensión tampoco concede ninguna tregua al fotógrafo que es ante todo un retratista y cuando se encierra en una sesión fotográfica, bien “espontánea” o “natural preparada”, su atención está centrada en controlar todas las variables técnicas, psicológicas  y ambientales que las circunstancias ponen en sus manos. No obstante, si el retratista desea atrapar en su cámara a personas que masivamente se encuentran en manifestaciones de cualquier tipo, y además, desea vivir el evento del cual se trate, el momento de disparar su cámara contra el sujeto elegido y las oportunidades de captar los instantes irrepetibles, que son casi todos,  se multiplican hasta el infinito. El fotógrafo cuando decide echarse su cámara al hombro, sabe cuál es su objetivo principal, aunque aquellos que le rodean no tomen conciencia de ello, hasta que constatan la realidad o sufran sus consecuencias. Se pierde del grupo, su familia protesta, en fin,  da permanente testimonio de un inadaptado y un trasgresor. Es el precio que paga por estar enamorado de todo lo que capta su mirada. Su saber mirar. El fotógrafo, siempre, su mayor deseo es contar a los demás las historias en imágenes que ha vivido. Unos cuentan sus sensaciones con el verbo, el fotógrafo a través de su mirada. No necesita hablar, su obra lo narra todo. Estas consecuencias de sufrir la vocación de retratista, no constan en ningún tratado, toman parte de descubrimientos personales. Es una tensión añadida, imprescindible,  para vivir la pasión del momento único, con los riesgos y frustraciones que conlleva. El pintor vive ese momento más dilatado en el tiempo. El fotógrafo disfruta sólo de un instante. También es preciso separar dos situaciones bien diferenciadas, la profesión de fotógrafo, donde las penalidades para conseguir la imagen deseada, vienen compensadas porque toman parte de un oficio remunerado, y el fotógrafo vocacional, donde el éxito es sólo gratificante en el campo de la autosatisfacción. En el primero cumple un objetivo impuesto por su cliente o empresa productora y en el segundo caso es la libertad  y la creatividad, los límites impuestos. Aunque en ambos casos, no se dude de su vocación  y de su arte.

Capítulo VII

LA PUBLICIDAD

Acabo de mandar a mi Iván a DIA a comprar 36 latas de tónica Schweppes para ver si le crece un culo como el de Eduardo Noriega, nuevo chico de la tónica. ¡¡¡Dioses míos!!! Seguro que las que esto leéis ya habréis visto el anuncio de Schweppes ¿verdad? Antes que nada: "Sweppes: desde aquí te doy las gracias, por evolucionar tus hombres anuncio: del soso hombre de la tónica de hace 20 años hemos pasado al culazo de Noriega. Gracias Schweppes por darte cuenta de que a las mujeres también nos gusta ver carne de la buena. Este verano, todos los hombres de España tomarán Schweppes.




Porque eso es un CULO, si señor y lo demás son tonterías. Desde que vi EL CULO por primera vez, el mando ni lo toco. Me trago todos los anuncios para acumular tanta cantidad de visionados de la zambullida como sea posible. Ya le he dicho a mi hijo "Nene, cada vez que veas un anuncio de un señor que está a punto de tirarse de una roca desnudito, tú avisa a mamá, pase lo que pase ¿has entendido Juanito? A ver: repítemelo". Y es que con un culo así ¿Quién necesita otra cosa?; no se necesita ni cara, si me apuras, y mucho menos conversación. Claro, es lo que tiene ser normal, que hay que tener cultura e ir a la universidad, pero con un cuerpazo así, la verdad es que uno puede permitirse el lujo hasta de ser gangoso. (Perdóname, Eduardo, que no va por ti. Seguro que además de estar bueno, eres listo). Lo malo es la novia del pobre chico, que debe haber cogido un avión a Kuala-Lumpur dado que todas las mujeres de este país querríamos arrancarle los ojos en estos momentos.
Bueno: paso de meterme en esta espiral de violencia mental, que una ha de conformarse con lo que tiene… Ahora que me acuerdo, hace como 8 años me encontré a Eduardo Noriega cerca de Gran Vía y su culo me pasó desapercibido. Hay muchas cosas escondidas por ahí. Buscad e igual encontráis algo. Y vosotros, hombres de este país: a beber tónica y al gimnasio, que queremos más culos así.


Impacto bajado de Internet: Una internauta cualquiera.

Miradas:










Los ojos de la publicidad, la mirada de sus víctimas. Imágenes que contienen ojos, pero no siempre transmiten miradas.


Reportajes Publicitarios: Fotografías publicadas por agencias.





Publicidad política: El retrato del desnudo utilizado como campaña electoral






El retrato del desnudo utilizado como campaña electoral. “Nos importas tú” Cartel electoral de Ciutadans.


El retrato de la publicidad





En la publicidad el ser humano se convierte en un complemento del objeto deseado.


ANEXO 4: LA PUBLICIDAD

Capítulo VIII

EL PERIODISMO

Entrevista al fotógrafo: Ramón García, el poeta del desnudo.

Por Pedro Taracena Gil

Ramón: Como sabes, te admiro como maestro y me entusiasmas como artista. En una de mis fantasías y salvando las distancias de todo tipo, se me ha ocurrido que yo podría tener la oportunidad y el privilegio de hacerte una entrevista, con un cuestionario atípico. Una entrevista al artista en libertad. Quizás una entrevista impublicable, al menos para el público contagiado de prejuicios de diversa índole. Si me lo permites ¡Vamos allá!
Pregunta: ¿Cómo abordas una sesión fotográfica? ¿Qué complicidad buscas en el modelo?
Respuesta: Generalmente comienzo con una entrevista al modelo que he seleccionado, conocido, buscado, etc. y es ahí donde realmente comienza la sesión fotográfica, donde veo imaginariamente si “disparo o no la foto”, observo sus facciones, su cuerpo, textura, expresión, seducción, poses y todo aquello que yo necesite para componer la imagen que voy a trabajar. Quiero saber hasta dónde puede llegar el modelo, qué me puede dar y qué le puedo sacar de mejor provecho. En la entrevista se habla de todo, no quiero que haya ningún malentendido el día de la sesión de fotos, así modelo y fotógrafo podemos trabajar relajadamente.
En cuanto a complicidades, solo la necesaria para crear un buen clima, hago bromas, escuchamos música o sea todo lo que controlar la imagen que quiero sacar, siempre el control lo tengo yo.
P. ¿Escenario natural o plató fotográfico (Estudio)?
R. Generalmente trabajo en estudio, o plató fotográfico como dices tú, pero también lo he hecho en exteriores y en instalaciones ajenas a mi estudio fotográfico. Prefiero el estudio, me es más cómodo y crea una intimidad que no puede lograrse en un lugar público o abierto, siempre existe la fantasía de que hay alguien más y eso quiebra de alguna manera el clima que yo busco.
P. ¿Qué preferencias estableces? Primeros planos, texturas, cuerpos troceados, sombras...





  Bacanal Copyright ©ramón García

R. Todo lo que me sirva para realizar la imagen que quiero hacer, puede que ya tenga en mente lo que quiero fotografiar o que surja a partir de la toma. No hay que tener miedo en el momento de enfocar.
P. ¿Prefieres fotografías en la soledad del modelo y el fotógrafo o colectivas?






Amigos Copyright ©ramón García

R. Me es indiferente si es un modelo o más, obviamente a más cantidad de modelos más complicada es la sesión fotográfica.
P. ¿Cuáles son tus preferencias a la hora de ir desnudando al modelo? Miradas, gestos, juego de manos, ojos, boca, partes del desnudo, semidesnudos, descalzos, ropa interior, juegos con lencería artística...
R. El modelo llega ya con instrucciones, no puede venir con ropa ajustada que deje marcas en su piel, depilado si es necesario, afeitado o no, sin peinar, para crear el personaje en el momento de la toma. Luego se desnuda completamente, se cubre con una bata de toalla o no, esto depende de la personalidad del modelo, mientras yo preparo las cámaras. Generalmente no uso lencería erótica, salvo que sea una producción específica para algún cliente. En lo personal no me gusta como quedan las imágenes de ese tipo.


  
Napolitano copyright ©ramón garcía
P. ¿Qué tratamiento das tú a los genitales?
R. El mismo que a una oreja, las manos, o un hombro. Se maquilla si es necesario, se depila sí creo que es conveniente, los trato como cualquier otra parte del cuerpo.






              Uvas Copyright ©ramón García

P. A ti en particular, no se te puede hacer preguntas donde se hable de erotismo, pornografía, imágenes subidas o bajadas de tono, no... Contigo sólo se puede hablar de expresión. Y de expresión en libertad. Mi pregunta es ¿Quién pone el límite de la expresión? ¿El modelo o el fotógrafo?
R. Ambos, eso como te dije anteriormente está ya pautado en la entrevista que realizo antes de la sesión fotográfica, o sea que en ese momento ambos conocemos los límites dentro de los cuales podemos movernos. Que, en definitiva, son los que yo determino.
P. ¿Eres el fotógrafo de la impronta natural o eres el artista que crea la imagen y luego la captura?
R. Creo que siempre están las dos cosas, pero generalmente planifico la sesión de fotos ya que en muchos casos hay escenografía, y esta tiene que estar prevista, eso no quita que algo pueda surgir en el momento.
P. ¿Te enamoras con mucha frecuencia de las imágenes que ves por el visor de tu cámara, antes de pulsar el obturador?







Pedro Copyright ©ramón garcía 

R. No sé si el término es enamorarse, quizás es más el placer de ver frente a mis ojos la imagen que tenía en mi mente y la fascinación que producen las formas del cuerpo realzadas por la luz.
P. ¿Varías las pautas que tú marcas ante las sugerencias de tus modelos?
Si esta es oportuna y acertada por supuesto que sí, además, me gusta que me hagan sugerencias, es el aporte personal del modelo que enriquece mucho la idea que yo pueda tener. No hay que olvidarse que es una trabajo de a dos.
P. ¿Has aceptado ser modelo de tus modelos alguna vez?
Si el modelo es fotógrafo y me pide que pose para una producción que él está realizando y a mí me interesa lo haría, pero hasta ahora no ha sucedido.
P. ¿Has retratado alguna vez al Narciso que todos llevamos dentro? En una palabra, ¿Has recorrido el camino que va desde el retrato al autorretrato?
R. Por supuesto que sí, tengo muchos autorretratos, no te olvides que yo era modelo de fotógrafos, pintores y escultores antes de dedicarme a la fotografía como profesión, es más, dentro de unos días, en febrero, sale en una revista digital en la web, un número dedicado al autorretrato en el que van a aparecer algunos de ellos, de paso te digo donde verla: www.revistalasombra.com.ar, otros han salido en la misma revista, en el número anterior a la actual que está dedicado a “Erotismo”, donde publico una serie que se llama una “Historia Prohibida” y en la que aparezco con uno de mis modelos.
P. Ramón, para el retrato del cuerpo humano ¿Cuándo utilizas el blanco y negro y en qué ocasiones el color?
R. Lo utilizo indistintamente, depende siempre del tema que estoy trabajando, y qué deseo hacer.
P. El eterno binomio formado por el fotógrafo y la modelo, mantiene el esquema machista y los prejuicios de siempre. ¿Qué se puede hacer en el mundo de la fotografía para romper este paradigma? ¿Porqué no la fotógrafo y el modelo? O simplemente, fotógrafos y modelos, sin rol a priori establecido.






 Beso Copyright ©ramón García

R. Lo único que hay que hacer es trabajar, y realizar aquello que uno cree que es correcto y de lo que está convencido. En realidad no me preocupa mucho el esquema según lo planteas tú, yo en mi trabajo soy machista por excelencia, la mujer no tiene cabida en mi esquema de trabajo, porque estoy exhibiendo el falo, el poder, lo sagrado, el macho, en definitiva al hombre. En este aspecto coincido bastante con los griegos no solo en su estética sino en su postura frente a la división de los sexos. La mujer no participa, es una mera reproductora.
P. Ante una sesión fotográfica, ¿Qué importancia tiene para ti la intencionalidad¿ Artística, naturalidad, sensualidad, expresión...
R.: Creo que con intencionalidad se realizan siempre todas las fotografías, con todo lo que enumeras y mucho más, aunque no pienso en nada de esto en el momento en el que estoy trabajando, simplemente “hago”, te diría hasta en un estado de enajenación, las horas parecen transcurrir diferentes, el tiempo vuela.




Serie Chico Playero copyright © ramón garcía


P. ¿Cómo tratas en el retrato y sobre todo el desnudo, el entorno o los elementos naturales? El hábitat del modelo, el agua, la playa, la nieve, la tierra, el calor, el sol...

R. Cualquiera de ellos juega el rol que yo necesite para realzar o crear determinado clima o situación. Son utilizados de la misma manera que yo elijo una película, una cámara, una óptica, la luz de flash, natural o tungsteno.
Me gusta mucho trabajar con el agua ya sea en una pileta, un río o el mar, este último creo que es el que más me seduce, recuerdo unas fotos que realicé con unos modelos en una playa nudista llamada “Chiguagua” en Punta del Este, Uruguay, donde todos estábamos desnudos, fue una producción fantástica, además una de las pocas veces que trabajé con público y realmente me sentí muy cómodo. Algún día quiero realizar una producción similar en Madagascar, tiene unos paisajes maravillosos y unos modelos con cuerpos







Chico Playero Copyright ©ramón garcía

P. Cámara clásico o digital

R. Cámara de formato medio clásica (sin respaldo digital), respecto lo digital es una nueva herramienta, además es lo que viene, no se debe ni puede detener el avance tecnológico, uno debe elegir aquello que le conviene y con lo cual se siente cómodo.

P. Copia papel o CD

R. Depende para que sea, utilizo ambas.

P. Ramón es fácil ser admirador de quien es maestro de maestros. Llevando el arte del desnudo del hombre a las más altas cotas del humanismo libertario, en el más limpio sentido de la palabra. No puedo por menos que felicitarte por tu trayectoria artística, por la escuela creada y por tu concepto de la libertad. Este perfil como el que tú muestras, es necesario en nuestras perezosas sociedades latinas. Para terminar, en lugar de hacerte más preguntas, te formulo dos ruegos: No prives al arte fotográfico de tu permanente lección magistral y por favor, ¡Ven a España! Muchas gracias y muy agradecido por tu acogida.

R. Te agradezco la entrevista y creo que mi aporte es el trabajo en sí mismo y mi experiencia y espero pueda ser de interés para algunas personas. Demás está decirte que estoy a disposición para quien quiera conectarse conmigo, para contestar cualquier inquietud que pueda surgir de esta entrevista o acerca de mi trabajo. Y espero yo también que nos veamos, si Dios quiere, espero que pronto.

Entrevista publicada en la Web de la Real Sociedad Fotográfica de Madrid.

Capítulo IX

UNA SESIÓN FOTOGRÁFICA ESPECIAL





El fotógrafo Spencer Tunick reúne en San Sebastián a un millar de vascos poco tímidos.

Los vascos no han resultado tan recatados como creía Spencer Tunick, el fotógrafo neoyorquino ha logrado que un millar de personas posaran para él en San Sebastián, en una sesión que ha tenido como escenarios el interior del Kursaal y la playa de la Zurriola. Tunick dijo a la prensa el pasado jueves que esperaba unas 300 personas para su instalación nudista, un número que ha sobrepasado con creces y que le ha llevado a afirmar que "los vascos han enseñado que no tienen nada de tímidos". Algo que tampoco estaba en las previsiones era que el amable artista de la rueda de prensa del 20 de abril mostrara cierto mal humor trabajando y bastante poco tacto con los reporteros y gráficos, que a punto estuvieron de protagonizar un plante por las deficientes condiciones para realizar su labor al comienzo del primer posado en el cubo grande del edificio de Moneo. La situación se recondujo cuando los fotógrafos fueron trasladados a un espacio más amplio para tomar las imágenes de los voluntarios que ocupaban el vestíbulo del Kursaal y que, al grito de "la prensa en pelotas", pidieron a los periodistas que siguieran su ejemplo. Lo hicieron rápidamente dos reporteros del programa de televisión "Caiga quien caiga", que grabaron las primeras imágenes despojados de toda su ropa y aprovecharon incluso para hacer el pino nudista, lo que sirvió de paso para relajar los ánimos y prestar un poco más de atención al trabajo de Tunick y sus colaboradores, que con megáfonos iban indicando a los modelos las posturas a adoptar. En dos lugares diferentes del "hall" del Kursaal, junto a los paneles translúcidos que cubren el cubo, se situó el artista estadounidense para captar los primeros desnudos en masa, que continuaron luego en la playa de La Zurriola, apenas unos minutos después de que cesara la lluvia. De pie, sentados, de frente, de espaldas o tumbados se fueron colocando los voluntarios en los diferentes espacios elegidos por Tunick, que en unos casos los agrupó como cuerpos inertes un tanto inquietantes, y en otros, como en la última sesión, sólo para parejas, en actitudes eróticas. Uno de los participantes, Julio, un donostiarra de 46 años, aseguró que ha sido "relativamente fácil" sumarse a esta experiencia, que considera "mucho más natural vista desde dentro que desde fuera". Esa opinión la compartieron otros muchos participantes, que además coincidieron en que estarían dispuestos a repetir, como Manoli, otra donostiarra de 60 años, a la que sus hijos, tras la perplejidad inicial, animaron a ser parte de la instalación, que ha contado, eso sí, con un notable mayor número de hombres que de mujeres. "Yo pensaba que las mujeres éramos más lanzadas, pero es verdad que ha habido muchos más hombres, no sé por qué", comentó Mari Carmen, un mujer de 44 años, cuyo pelo teñido de rojo la relegó a las últimas filas en las sesiones del Kursaal. De Francia también llegaron varios voluntarios, también de Argentina, según la organización, y de provincias como Pamplona, Madrid o Barcelona, entre ellos un repetidor, que ya participó en 2003 en el montaje del norteamericano en la ciudad catalana, el único hasta entonces que Tunick había realizado en España. Tras la temprana cita y más de cuatro horas de posados, el fotógrafo se despidió "agradecido" por haber podido trabajar en San Sebastián, en un "maravilloso edificio" como el de Moneo, con un acceso además a una "bonita playa". Quizá tenga la oportunidad de volver a esta ciudad -aseguró que lo hará de vacaciones- el próximo año, si la Fundación Centro Ordóñez Falcón de Fotografía, la impulsora del acontecimiento, organiza finalmente una exposición sobre su trabajo, como es la intención de sus responsables.

Capítulo X

LA ESCUELA DE MADRID
Vicente Nieto Canedo



Foto: Pedro Taracena Gil

Considero un privilegio haber compartido con este maestro toda una  tarde, hablando de fotografía, aunque él dice que sólo sabe “cuatro cosas”. Su personalidad es tímida y discreta y su obra un monumento al humanismo y un testimonio de los años 30, 40, 50 y 60 del siglo pasado. “No está seguro de hacer el ridículo”, me dice cuando presenta sus fotografías en blanco y negro de retratos y paisajes; creados por el autor desde la toma de la imagen hasta el tratamiento en el laboratorio químico. Su modestia le lleva a dudar de su pertenencia a la Escuela de Madrid, donde sin lugar a dudas, brilló con luz propia, a pesar de su discreción. Quizás producto de dos circunstancias encadenadas en el tiempo. Sus condiscípulos le eclipsaron y no le consideraron como uno más y la propia Real Sociedad Fotográfica, de la cual es uno de los miembros más longevos, no le han dado el mismo tratamiento histórico a todos los fotógrafos de aquella generación. No obstante, en el presente siglo aunque con premura, estamos a tiempo de reparar el olvido a este gran fotógrafo de su tiempo y del nuestro. Es un placer contemplar su obra en su propio hábitat. Cuatro décadas han pasado por sus manos. Muchos eventos fijados al papel y algún hito, como por ejemplo, la fotografía hecha a un hombre de color, cuando, me explica que en “los años 50 y 60 fotografiar a un negro se consideraba como una burla”, cuya imagen conserva en su amplia fototeca. Ha sido el gran profesional de la fotografía y sin embargo, su modestia le lleva a presumir de su condición de amateur o aficionado. Cuando le pregunto por esta consideración, me argumenta diciéndome: Vivir “por y para la fotografía” se le denomina amateur y vivir “de la fotografía” profesional. No hay duda de que este artista, casi nunca fue amateur. Tan pronto como adquiere su Kodak Baby Brownie por 13 pesetas, en los almacenes Sepu de Madrid, emprende una carrera imparable hacia la consagración fotográfica. Contemplar su obra, presentada por él mismo, supone una recreación en el arte fotográfico y una lección magistral, aunque él huye de reconocerse maestro de nada. He tenido la sensación de ser un alumno afortunado; identificándome y compartiendo su saber hacer. Vicente no acepta halagos  y rechaza de plano el que le reconozcan el papel de docente, aunque lo será siempre aunque jamás se lo haya propuesto. Admirando su  obra son importantes sus desafíos al contraluz. Las captaciones de personas y ambientes, que además de haber estado allí, donde tenía lugar el retrato, también, aprovechan el instante  irrepetible más oportuno. Domina la luz, las sombras, los blancos y los negros, los grises y sobre todo la “colocación” del sujeto humano como la parte que justifica el resto de la puesta en escena. No hay aspecto que escape a su objetivo. El retrato, los paisajes, la naturaleza, los animales, la arquitectura y su familia, configuran su mundo de emociones. Ah, me sobrecogió cómo recitaba el verso de Machado: “Caminante no hay camino, se hace camino al andar”, cuando me mostraba un cruce de caminos en uno de sus paisajes... Su actividad fotográfica baja de intensidad en los años sucesivos; dejándonos huérfanos de sus imágenes en color. El legado de Vicente Nieto, ya no es patrimonio de los críticos por muy ilustres  que éstos sean. La obra de este ponferradino es la mejor herencia que pueden recibir los admiradores del arte fotográfico y los amantes del retrato, base del humanismo fotográfico. 



La moza del cántaro. San Martín de Valdeiglesias (Madrid).



LA ESCUELA DE MADRID

Exposición en el Conde Duque de Madrid

(Diciembre de 2006, Enero de 2007)

Bajo este título se expone la obra de seis autores que subjetivamente la comisaria  Mónica Carabias Álvaro, presenta como únicos miembros de la Escuela de Madrid. El grupo de fotógrafos que integraron este movimiento fotográfico, se forjó en la Real Sociedad Fotográfica de la capital de España. Un mínimo rigor histórico exige un respeto a los más de veinte fotógrafos que recoge el catálogo de 230 páginas, FOTÓGRAFOS DE LA ESCUELA DE MADRID, editado por el Ministerio de Cultura.  La obra  de estos autores comprende de 1950 a 1975  y  fue presentada en una exposición en el Museo Español de Arte Contemporáneo, durante los meses de Enero a Marzo de 1988. La mutilación de esta nueva exposición es más grave cuando el fotógrafo Vicente Nieto Canedo, miembro de la Real Sociedad Fotográfica desde 1955,  expuso en mayo de 2006. Y el Presidente de la Real, le ha reconocido en la presentación de su exposición como miembro de la Escuela de Madrid, de pleno derecho (Cartel adjunto).  En el año 2002 así se expresaba Francisco Vicent Galdón, de la Asociación Nacional e Internacional de Críticos de Arte, con motivo de otra exposición del autor, en la Agrupación Fotográfica de Guadalajara: “Exposición en la que Nieto Canedo da buena cuenta de su variada temática recreadora en el reportaje humano, en retratos, en paisajes y temas libres. Trabajos que, en su justa medida, vienen a definir el momento estético de la fotografía contemporánea de los años 50 y 60, no alejado de los conceptos plásticos y temáticos de la entonces prolífera y hoy mítica Escuela de Madrid”. Quienes conocemos la obra de Vicente Nieto Canedo,  su trayectoria en la Real y su relación con el resto de los miembros de la Escuela de Madrid, lamentamos que se haya ocultado información a los fotógrafos que deseen profundizar en la Escuela de Madrid.  Y sería importante reconocer, al menos, que hay “otra voz viva” que nos puede hablar de esta sensibilidad fotográfica de los años cincuenta, que constituyen sin complejos el Neorrealismo Hispano.



LA ESCUELA DE MADRID

Rafael Lobato 
Sevilla 1932



Fotografía: Enrique Cotarelo 1999

“Es por esto que el retrato es, sin duda, la más sublime de las especialidades fotográficas. Un lugar mágico de convergencia de miradas. La del modelo que trasmite, la del autor que interpreta, y la del espectador que asiste curioso a este encuentro que protagoniza los dos primeros. Un encuentro privado con voluntad de ser público. La imagen como vertebradora de la comunicación entre personas”. Pere Formiguera.
La Escuela de Madrid no se puede considerar una institución con un censo fijo e inamovible. Es un movimiento fotográfico integrado por un colectivo de retratistas testigos de una época, acotados grosso modo entre los años de la post guerra y hasta los años 60. Geográficamente se desarrollaron en Madrid y su entorno. Y tenían su punto de encuentro físicamente en la sede la Real Sociedad Fotográfica.
Rafael Sanz Lobato pertenece a esa pléyade de fotógrafos homologables a otros movimientos surgidos bajo otras denominaciones. En Barcelona, Estados Unido de América y dentro de Europa, sobre todo en Francia e Italia. En nuestro país mientras no se aborde desde un punto de vista objetivo y desinteresado, la biografía de los autores que crearon esta escuela y su obra, estaremos condenados a desconocer la Escuela de Madrid en su magnitud. Sus integrantes ysu obra.




El maletilla

La exposición reciente itinerante del Neorrealismo Italiano, es un modelo a seguir. Hasta la fecha, conductas escasas de apreciaciones objetivas, dentro y fuera de la Real,  han impedido mostrar con rigor y con vocación pedagógica, el hito que supuso este mester de fotógrafos. La hora de evitar conductas caciquiles ha llegado. No obstante el que a estas alturas no dispongamos de un archivo documentado de autores y fotografías, es la asignatura pendiente de la institución que albergó la gestación y desarrollo de este numeroso grupo de artistas.
Cuando se contempla con un gran angular la trayectoria fotográfica de Lobato, podemos constatar que ha integrado en su saber hacer, todos los eventos que constituyen la obtención de una imagen, desde su concepción. Es un genuino artesano autodidacta dominador del sistema ensayo-error. Este sistema le llevó a crear su propio método de obtención de copias en su laboratorio. Desde entonces comienza la investigación sensitométrica (Parte de la óptica que estudia las propiedades de las superficies y las emulsiones sensibles a la luz), para el control de blanco y negro, que es la técnica que utiliza para el control de todos sus proyectos. Todo un proceso químico que le lleva a conseguir una tecnología artesanal pero de base científica, perfectamente documentada en una colección de gráficos que muestran el dominio de las gamas de parametrización, de revelado y las densidades. Superando definitivamente la quimera del trabajo de las famosas zonas. Su vida profesional, lejos del mundo de la fotografía, le obliga a conocer  la lengua inglesa y este hecho le permite conocer a Shakespeare y a través de los libros técnicos inherentes a su trabajo, le abren nuevos horizontes en su afán investigador,  para la creación de verdaderas obras de arte en su laboratorio. En París desarrolla su vocación fotográfica y se consagra como un creativo de blanco y negro.
Lobato es pionero en asumir las nuevas funciones de Organización para implantar la Informática en empresas; siguiendo la pauta de los Estados Unidos de América. Sufrió una prueba de adaptación a la nueva arquitectura lógica organizativa, que le permitió entrar en este nuevo mundo y descubrir que la lógica informática le descubría la lógica de Aristóteles, padre de esta disciplina clásica. Clausurada esta etapa en su vida profesional, según dice él, se deja prostituir y se incorpora al mundo de la publicidad, donde aunque en este periodo escribe al dictado, no por eso deja de ser un creativo integral. Cerrado este paréntesis, se polariza en la fotografía creativa en blanco y negro; llevando al papel todo aquello que imagina y concibe su mente, bajo el tamiz de su vasta preparación técnica. Considera con autoridad que “el paisaje es una disciplina menor”. Sin embargo se mueve magistralmente en el documentalismo. El hombre y su entorno, el retrato. Su inquietud está preñada de deseos de capturar lo rural, lo antropológico. Evoca a Baroja en sus grabados costumbristas. La obra de Rafael constituye una lección magistral en el universo de la retratería. Es un maestro. Sin abandonar su condición de artesano, su obra es la de un artista, aunque él le agrada más que se le considere un creativo. Su pertenencia a La Escuela de Madrid es indudable y su humanismo brilla con la luz propia. Baja autoestima pero mucho amor propio y ansia de superación. Sus objetivos siempre han sido un reto que él ha hecho posible.

Capítulo XI

36 MIRADAS / REFLEXIONES ÍNTIMAS




Colección 36 Miradas

Ojos, ver, observar, miradas. Todas estas personas fueron engañadas por el retratista. Cuando posaban ante él, nadie se percató de que la pose, el busto, incluso el gesto de la boca, no iban a ser tomadas en cuenta. El teleobjetivo de la cámara había trasgredido la distancia e invadido el espacio vital del modelo. Efectivamente, el autor del reportaje sembró la confusión cuando los retratados trataban de encontrarse, un año más tarde, entre tantos ojos e indiscretas miradas. No siempre fue fácil la identificación de sí mismo. Lo que dicen estas miradas es el espectador quien debe de percibir y escuchar. El fotógrafo no sólo les engañó, sino que se camufló entre ellos.
Algunas reflexiones íntimas mientras recorren el camino del retrato al autorretrato.
El retrato es como una alianza entre la cara (el rostro) y los ojos. Narciso se asoma a muchas imágenes, como el espejo, el agua o una ventana. Una imagen es más que una persona, vale más que el ser. El hecho de posar supone ponerse una máscara. Con la máscara nos revelamos. Desdoblarse, punto clave del arte del autorretrato. Enigma. Lucha con el doble. Disponibilidad para la experiencia. La ironía es la más sabia de las poses. Él, como personaje, es cualquiera de sus fotografías, pero ninguna de ellas. Siempre nos falta intimismo, lo evita el pánico. Pero, ¿ese eres tú? Éste, desde luego no soy yo… El retrato y autorretrato como reafirmación y autoestima personal u osadía psicológica como terapia. Proceso de aceptación de uno mismo. Reconocimiento por los demás. Aceptación de su cuerpo, de su físico, de su imagen… El retrato como interpretación de tu propio personaje. ¿Dónde se abandona la modelo?  Yo y mi otro yo. Narciso, como máscara doble. Retratando una ausencia.


Capítulo XII

LOS PREMIOS FOTOGRÁFICOS

COLECCIONES PROSCRITAS: No facturar.

 Hay autores que el total de sus  fotografías, han sido descalificadas de concursos de diversa índole. Imágenes desestimadas ajenas a cualquier catálogo seleccionado o premiado. Ni una sola copia ha sido merecedora de la aprobación de ningún jurado calificador. Los consejos de ancianos profesionales, el sanedrín constituido para la concurrencia de eventos fotográficos y los poseedores de los ortodoxos  usos del oficio, no han concedido a su trabajo ningún derecho a ser premiado.  Debe de quedar como legado personal en el almacén del olvido. Es un veredicto sin posible apelación. ¿Resquemor? ¿Decepción? ¿Frustración? ¿Decepción? Nada de ello. Si su  trabajo fotográfico tuviera que obtener un beneficio económico, entonces, deberían haber cambiado de Marketing. No obstante, a pesar de que la subjetividad de los jurados, han vetado su obra, nada más lejos de la realidad, si se piensa que el fotógrafo deba de preguntar al examinador qué le gusta para propiciar su aprobación. Su obra es el resultado del trabajo hecho en libertad. La expresión del ser humano imperfecto que llevan dentro. Han retratado lo agradable y lo menos agradable, lo viejo y lo joven. Aunque todas las tomas estén cargadas de intencionalidad subjetiva, por supuesto.
Lejos de esconder su trabajo, les llena de orgullo que podamos descubrir una historia en cada imagen. Es de lamentar, no obstante, que estos relatos contados a través de cada colección, no hayan dicho nada a casi nadie de los doctos llamados a juzgar el trabajo de los demás. Sobre todo cuando evalúan todo lo mal que ha hecho el fotógrafo y no logran ver nada de lo que ha capturado con su cámara. Su aval como fotógrafo es su propia obra. No en los premios obtenidos.  Sin embargo, bienvenidas todas las críticas de solventes profesionales de la imagen. Esas valoraciones sí las han obtenido y han sido para ellos auténticas lecciones magistrales. Sobre todo cuando han servido para corregir errores o retomar caminos que estaban manifiestamente equivocados.
A veces el laboratorio entrega las copias, excluyendo alguna foto, con una etiqueta que dice no facturar. Y el fotógrafo se sorprende porque, aquella imagen es la que más había trabajado. Hay quienes sólo saben poner la etiqueta...



Capítulo XIII

UN RETRATISTA: PLÁCIDO L. RODRÍGUEZ

El observador que se acerque a contemplar una colección de imágenes como esta, sin duda, obtendrá percepciones diferentes. Fruto de la riqueza subjetiva de cada espectador. Este recorrido se puede abordar con la mirada del crítico, ensayista, fotógrafo o periodista. En mi caso prefiero evadirme con mi imaginación en busca de la intención del autor y sobre todo poner en orden todo aquello que me hace sentir.  Estamos ante una magistral colección consagrada al retrato. Un auténtico retablo cervantino. El fotógrafo ha cuidado mucho la puesta en escena de cada personaje,  donde se sumerge en la atmósfera creada y dotándole de atributos que  nos explican los detalles del relato que nos quiere contar. Atributos que definen su personalidad y sus circunstancias. No faltan motivos religiosos de beatería santurrona. Las personas y las cosas se encuentran con su vida familiar, social o se sumergen en su propia soledad. El modelo se protege con un mobiliario de figuras e imágenes, con intención de confundirse y confundirnos; huyendo se sí mismo. En busca de otro personaje o quizás de su propia libertad. La cama sirve como reafirmación de su intimidad. Como refugio a veces. Un personaje bíblico, revestido de su propia desnudez y arropado de la miseria que le rodea. Sólo un cuaderno en su mano le ubica en el tiempo y presenta un cuadro de inevitable humanidad. Los elementos religiosos, fetichistas de acusada beatería mercantil, ponen en escena el disparate de su propio sacrilegio. Desprendido  de Dios y aferrado a su negocio. Los símbolos se mezclan con situaciones reales; saliendo y entrando de mundos fabricados por la mente del modelo y captados por la mirada del fotógrafo. La juventud, las diferentes razas y edades nos sumergen en relatos literarios que nos hablan de futuros inciertos. La desnudez retratada sin prejuicios y reafirmada por el modelo,  crea un ambiente de libertad donde el fotógrafo aprovecha para mostrar un erotismo tierno y al mismo tiempo preñado de sensualidad. Las figuras eróticas se confunden con símbolos irreverentes aunque rayando lo ingenuo. Dos personas retratadas comparten la escena,  pero sólo dialogan en su incomunicación. Son reflejo de la misantropía de la soledad; denominador común de la mayoría de los personajes. 




Cuando el retratista arrastra a una de sus modelos hasta la estancia más innoble de la casa, el retrete, lleva al espectador a contemplar escenas que son molestas, faltas de estética. Pero es difícil escaparse de un  pensamiento que justifique posar la vista en otro lugar.  Ha captado, también, el momento mágico que se crea siempre que alguien se asoma a un espejo;  situando a la modelo escudriñando en el fondo del Narciso que brota en su interior; abriendo camino entre las grietas del azogue astillado. Un niño, aparentemente jugando con las faldas de una mesa camilla, nos evoca nuestra infancia. Cuando todos los muebles y utensilios de la casa, los utilizábamos para entretener aquella niñez en blanco y negro. Una cama desnuda sirve para sentar sobre su propia ternura y complicidad, a una abuela y su nieto. La convivencia de las dos generaciones, intenta y consigue, burlar de un salto la generación que queda entre ambos. En varias ocasiones en el recorrido de esta  colección de retratos, nos encontramos con animales auténticos libertadores de la soledad de sus dueños. Sus miradas rompen el monólogo con su compañía. El artista retrata a niños, adolescentes, jóvenes y longevos, pero todos ellos están incrustados en el mosaico creado por sus circunstancias, carencias y frustraciones. Posiciona a los modelos bajo libertad condicional, aunque en algunas secuencias se perciba un clima de complicidad, de confianza. Las miradas se pierden allá  a lo lejos, en un lugar impreciso en la profundidad de campo. Cuando los ojos se cierran, son los objetos los que fijan su mirada en el espectador. Miradas de resignación, autoafirmación insegura, miradas entre rejas, mirada ida un tanto quijotesca, mirada de poseso exaltado, miradas de sonrisa y esperanza contenidas, quizás de lascivia de provocación,  de sosiego, de enajenación, miradas preludio de la muerte o anuncio del fin. De rechazo y desesperación, de ingenuidad, serenidad bonachona, mirada de gesto inocuo. Miradas de evocación y nostalgia, quizás algún matiz de melancolía. Mirada íntima y fresca de adolescente. Retratos enmarcados en retablos entre grotescos, desoladores y con morriña, evocadores del esperpento de Valle Inclán y la bruma galaica. Apenas hay espacios para descubrir una sonrisa, una invitación a seguir a la esperanza. La sensualidad y la sexualidad, no obstante, se asoman a través  de la desnudez de una joven presa en el objetivo del fotógrafo, con un frío espejo como testigo. Contrastando con la cálida mirada de un adolescente de labios carnosos que busca la complicidad de su gato, clavando ambos su mirada en el futuro.
Esta colección es la expresión del más puro humanismo plástico. Hombre que retrata a un semejante forzando la impronta de cada uno para que no salga de su desesperanza. Disfrutan de una libertad acorralada por el pesimismo. Plácido L. Rodríguez domina todas las variables técnicas del retrato. Ha conseguido una obra de arte, donde ha sido capaz de atrapar la vida en su cámara. Podemos adjudicar toda clase de epítetos a sus retratos, pero lo que de verdad ha conseguido, es hacernos percibir más de lo que su objetivo capturó. Si cada espectador transmitiera al artista todo aquello que percibe en estas imágenes, quedaría sorprendido de las consecuencias de haber apretado el disparador, en ese preciso instante. Único, irrepetible y con vocación de permanecer.


Capítulo XIV

SKIN-STRIP, FOTOGRAFÍA DE CUERPOS DESNUDOS EN BARCELONA

La exposición de fotografía pretende buscar la parte más identificativa del cuerpo de los visitantes, que posan desnudos ante una cámara oculta tras un espejo.
La exposición se construye cada día: el público pasa por una pequeña habitación o fotomatón, en la que se invita al visitante a despojarse de la ropa y a fotografiarse ante una cámara digital camuflada por un espejo. Las fotografías se exponen más tarde en unos plafones luminosos con lo que se convierten en accesibles y visibles para todo aquél que visita el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona CCCB. El objetivo de Skin-Strip, que en inglés significa tira de piel, no es sólo el de fotografiar la piel de cuerpos desnudos, sino que los protagonistas de las fotografías y aquellos que las observan acepten su propio cuerpo. Pau Ros, co-fundador de la asociación inglesa Completely Naked (Completamente Desnudo), explica que "ante la presión de la sociedad de buscar el cuerpo perfecto, que suele ser delgado, queremos que la gente se dé cuenta de que éste no existe y que debemos llegar a la aceptación de uno mismo como individuo". Este proyecto, que con gran éxito se ha llevado a cabo en Londres, "retrata la gente de una ciudad y de la gente que pasa por ella", explica Ros. En este sentido, apunta que "existen diferencias entre las personas que se han fotografiado en Londres y las que lo hacen en Barcelona". "En el caso de Londres, los cuerpos son más duros y están más manipulados con tatuajes o perforaciones -'piercings'-, mientras que las fotografías de Barcelona son de cuerpos más simpáticos y más orgullosos, aunque es verdad que esta última se está realizando en los meses de verano, y eso ayuda", explica Ros. El público que se aventura a fotografiarse "es muy diverso, y comprende entre los 3 y los 50 años, aunque a los organizadores nos gustaría poder ver a gente más mayor viviendo una experiencia como ésta". La muestra tuvo como resultado unas 7.000 fotografías, y en la de Barcelona se espera llegar a cifras similares. Pero no todas se exponen "y no por que se censuren, sino porque algunas de ellas no son correctas en la forma o no siguen la línea que nosotros le queremos dar a la exposición", puntualiza. Además, añade Ros, "los artistas que organizamos la exposición queremos también formar parte de ella, así, el público pone el 50% y nosotros, con la selección, el resto" y podrán verse junto con las de Londres en un libro.

Capítulo XV

VITRUVIO: LEONARDO DA VINCI



El hombre de Vitruvio

Marco Vitruvio Polión: El Arquitecto Vitruvio condensó los principios de este clasicismo en un tratado de Arquitectura e Ingeniería escrito entre los años 25 y 23 antes de Cristo. El tratadista romano explica la proporción de la arquitectura griega en base a la figura humana, bien porque imitara la relación que los miembros del cuerpo humano guardan entre sí, bien porque las proporciones del cuerpo humano fueran aplicadas en la arquitectura. El sobradamente reproducido dibujo de Leonardo Da Vinci, logotipo de nuestra concepción del hábitat humano y sus proporciones, constituye la reproducción gráfica del párrafo que da forma a la "Figura Vitruviana".

HOMBRE DE VITRUVIO


 

El Hombre de Vitruvio es un famoso dibujo acompañado de notas anatómicas de Leonardo da Vinci realizado sobre el 1490 en uno de sus diarios. Representa una figura masculina desnuda en dos posiciones sobreimpresas de brazos y piernas e inscrita en un círculo y un cuadrado. También se conoce como el Canon de las proporciones humanas. El dibujo está realizado en lápiz y tinta y mide 34.3 x 24.5 cm. En la actualidad forma parte de la colección de la Gallerie dell'Accademia (http://www.gallerieaccademia.org) de Venecia. De acuerdo con las notas de Leonardo que acompañan el dibujo, se trata de un estudio de las proporciones del cuerpo humano masculino, realizado a partir de los textos del arquitecto de la antigua Roma Vitruvio, del que toma su nombre el dibujo, y que escribió: 

1. Una palma es la anchura de cuatro dedos.
2. Un pie es la anchura de cuatro palmas.
3. Un antebrazo es la anchura de seis palmas.
4. La altura de un hombre son cuatro antebrazos (24 palmas).
5. Un paso es igual a cuatro antebrazos.
6. La longitud de los brazos extendidos de un hombre es igual a su altura.
7. La distancia entre el nacimiento del pelo y la barbilla es un décimo de la altura de un hombre.
8. La altura de la cabeza hasta la barbilla es un octavo de la altura de un hombre.
9. La distancia entre el nacimiento del pelo a la parte superior del pecho es un séptimo de la altura de un hombre.
10. La altura de la cabeza hasta el final de las costillas es un cuarto de la altura de un hombre.
11. La anchura máxima de los hombros es un cuarto de la altura de un hombre.
12. La distancia del codo al extremo de la mano es un quinto de la altura de un hombre.
13. La distancia del codo a la axila es un octavo de la altura de un hombre .
14. La longitud de la mano es un décimo de la altura de un hombre.
15. La distancia de la barbilla a la nariz es un tercio de la longitud de la cara.
16. La distancia entre el nacimiento del pelo y las cejas es un tercio de la longitud de la cara.
17. La altura de la oreja es un tercio de la longitud de la cara.

El redescubrimiento de las proporciones matemáticas del cuerpo humano en el siglo XV por Leonardo y otros autores, está considerado uno de los grandes logros del Renacimiento. El dibujo también es a menudo considerado como un símbolo de la simetría básica del cuerpo humano y, por extensión, del universo en su conjunto. Examinando el dibujo puede notarse que la combinación de las posiciones de los brazos y piernas crea realmente cuatro posiciones distintas. La posición con los brazos en cruz y los pies juntos se ve inscrita en el cuadrado sobreimpreso. Por otra parte, la posición superior de los brazos y las dos de las piernas se ve inscrita en el círculo sobreimpreso. Esto ilustra el principio de que en el cambio entre las dos posiciones, el centro aparente de la figura parece moverse, pero en realidad el ombligo de la figura, que es el centro de gravedad verdadero, permanece inmóvil.

Artículo de la Enciclopedia Libre Universal en Español

Capítulo XVI

LA NEGACIÓN DEL RETRATO

¿Arte o crueldad?


Soy fotógrafo y es evidente que estas imágenes de niños y niñas llorando, obtenidas cruelmente, bajo la atenta mirada de sus padres, con ánimo de lucro, con el fin de criticar “la Administración Bush y el poder de los sectores religiosos de derechas de los Estados Unidos”, de arte no tiene nada y mucho de crueldad. Jill Greenberg ha pretendido atacar y denunciar a integristas, radicales, fanáticos y quebrantadores de los derechos humanos, utilizando como método el aterrorizar a los más débiles, los menores. Sólo una sociedad perversa y sin valores democráticos, puede permitir esta forma de hacer sufrir a la infancia. El artículo de Iker Seisdedos  en El País Semanal, sólo al final recoge la opinión de una madre que exclama: ¡Yo veo la foto y la encuentro bonita! Desde aquí detesto la conducta de la fotógrafa y como padre me avergüenzo de los progenitores de los 35 niños engullidos por un mundo consagrado a las leyes del mercado y la publicidad, sin importarle las víctimas que deja a su paso. Estos eventos suceden en el mundo llamado civilizado, con valores a conservar y modelo a imitar…

Muchos años después, en el año 2019, el autor de esta foto, no hubiera imaginado que fuera a ilustrar un crimen como la pederastia. Mi severa crítica en aquella época se quedó corta.

Artículo publicado en El País Semanal el 22 de Octubre de 2006.


Estas imágenes se siguen utilizando sacadas del contexto, trece años después.

ANEXO 11: JILL GREENBERG.

Capítulo XVII


LA MOVIDA MADRILEÑA
(Retrato de una época y de una ciudad)




Se da en Madrid, ciudad que expresa las mil y una formas de libertad, como consecuencia de su recién estrenada municipalidad democrática, progresista, intelectual y de izquierdas. Ayuntamiento tolerante, osado e imprudente, propiciador de toda expresión lúdica, cultural y artística; rompiendo el paradigma de los años setenta; administrador de los restos de la dictadura; generador del paso hacia la democracia. La Movida de los años 80, fue una trasgresión hecha contra la estética y la cultura lúdicas; consideradas hasta entonces inamovibles y políticamente correctas. Libre, espontánea, popular y contagiosa. Ya nada era lo que parecía. Lo sucio, lo cutre, lo feo, lo esperpéntico, lo desagradable… tomaba parte de un mismo lenguaje con infinidad de formas de expresarse. 




La Movida nadie la pensó. Su final supuso un suicidio colectivo, casi vegetativo. Sólo la ausencia de otra movida, permitió la supervivencia de sus protagonistas más significativos. Algunos permanecieron hasta hoy, como notarios que dan fe de lo que sucedió. De forma inconsciente, la Movida, quizás, fue la gran explosión de rebeldía contra la noción de cultura establecida, heredada de movimiento nacional. No hay duda que se constituyó como el primer hito lúdico, más que cultural, dentro del Madrid democrático y sobre todo invadiendo todos los rincones de la noche. Exageraban aquellos que llegaron a decir que fue: “la explosión de una generación creativa de todas las artes”. Pero, sin embargo, se acercan más a la realidad quienes opinaban que: “La Movida no era que los jóvenes se divertían después de la muerta de Franco”.  Es verdad que no fue un movimiento intelectual ni político. Su principal impulso era la transgresión y  esto les llevó a inventar la noche madrileña. Y siempre de la mano de lo informal. La Movida tampoco representaba una actitud bohemia de la vida. Más bien era una expresión de lo burgués. Una clase media incipiente y aspirante a configurar la base social del futuro, que deseaba huir de posiciones de estética conservadora. Una nueva forma de relacionarse y de salir de marcha.





Lejos de ser una élite, se nutría de una base social que sólo deseaba evadirse y pasar el fin de semana y las noches de la capital; viviendo la nueva aventura de la libertad y la espontaneidad. Fue un fenómeno que su lógica está en el binomio acción-reacción. Desaparece la represión y la censura sobre toda manifestación y surge la movida, el destape y la complicidad colectiva; dando rienda suelta a su creatividad. Sobre la evaluación objetiva de sus valores culturales, estéticos o éticos, es difícil pronunciarse. La ruptura con los valores estéticos impuestos por la dictadura, fueron reemplazados por otros estilos no exentos de críticas. No obstante de aquella movida, entre otros, han llegado hasta la actualidad, primera década del siglo XXI, el cine de Almodóvar y dos creadores que han obtenido el Premio Nacional de Fotografía, Ouka Leele y Alberto García-Alix. Fue un torbellino de manifestaciones.  Todas ellas tuvieron un denominador común, la imagen y la estética; ruptura con todo lo que pudiera recordar la represión, la imposición y la censura, es decir, identificación con lo retro, lo carca, sin olvidarse de lo facha o el ser estrechos. Manifestaciones mostrando su desnudez en protesta contra cualquier aspecto. 



La sexualidad buscaba su natural lugar en todos los modos de expresión.  Formas de vestirse, marcando lo exagerado y cromático. Se tomaban las calles, plazas y terrazas y todo tipo de local alternativo para llevar a cabo la exhibición más contestataria. La Movida se abría camino a través de la música. Canta-autores, solistas y conjuntos, donde las letras de las canciones, iban marcando en qué consistía aquella forma nueva de expresarse y divertirse. Aunque no se puede considerar como un movimiento propiamente intelectual, algunos poetas, creadores, estilistas, periodistas y escritores, se sumaron al ambiente, aportando su originalidad y en no pocas ocasiones su provocación y excentricidades. La fotografía irrumpió de forma estridente, provocativa y al límite de la estética y la cutrez. También los artistas de la imagen plasmaron el trasformismo como expresión de libertad y de trasgresión. Donde la creatividad era cómplice de la espontaneidad y la frescura. 




Lo especial ya no era lo establecido o académico, sino aquello que de forma genuina se creaba en las gélidas o bochornosas noches de Madrid  con  las tendencias de libertad.  La Movida, también, fue capaz de integrar el nuevo cine disparatado, aunque realista  y poco ortodoxo. Se sacralizaba la frivolidad y el optimismo. El atrevimiento superaba la raya de lo admitido, pero la tolerancia era cómplice de todo lo alternativo, donde la decadencia era maravillosa y casi todo era válido… La Movida madrileña escapó a cualquier escala de valores que la atrapara en prejuicios que pretendía abolir. Como expresión de libertad, la sensualidad y sexualidad, se manifestaron en todas sus formas sin pretensiones concebidas a priori. Fue una explosión de libre expresión sobre todo lúdica, que tampoco pretendía implantar un nuevo orden al margen de los cauces de la evolución de la Transición. No tuvo tintes políticos. La Movida fue la consecuencia de salir de marcha. El fin de semana y en no pocas ocasiones durante el resto de los días, era el tiempo donde lo lúdico tenía una nueva oportunidad de vivir la libertad. Y los lugares de encuentro se convertían en templo de diversión, donde cada cual era cada noche más… No se sabe exactamente, si libre, trasgresor, artista o algo que nunca había llegado a conseguir ser. 




La Movida era una proposición de sentirse libre como jamás lo habíamos sido. Escapa a cualquier consideración sobre los objetivos que consiguió, y si alguna vez se planteó alguna meta. Es vedad que se movía  impulsada por su propia fuerza centrípeta. En ese girar estrepitoso y extravagante, se dejó acompañar de la droga, el alcohol y de hábitos estimulantes de diversa índole. Cada cual voló a sus propios paraísos perdidos y tierras prometidas… Cada cual vivió su propia movida. De otro modo no hubiera sido una movida lúdica. La Movida se consumió cada noche y se agotaba con ella, pero no la esperanza del día siguiente. Y como toda experiencia en libertad, cada cual hizo su propio balance.  No sería sensato que alguien se le ocurriera encorsetarla en un análisis crítico para sacar no se sabe qué conclusiones. La Movida fue hija de la libertad y de la tolerancia, nacida en una ciudad ávida de alegría. Y tuvo que inventarla. Unos llegaron a donde iban y otros todavía no han encontrado el camino…




Capítulo XVIII

EL RETRATO PROSCRITO
Belleza, erotismo o pornografía: “Así es si así os parece”
El Paparazzi



José Antonio M. Montoya


Un ensayo sobre el retrato, por breve que éste sea, no puede eludir adentrarse en ninguno de los rincones del mismo, como objeto y trabajo del retratista. Es evidente que el universo de la fotografía no tiene como objetivo definir lo que es el erotismo, la sexualidad y la pornografía. Tampoco marcar los encuadres morales de cada imagen. El fotógrafo se sitúa en el mundo, lo recorta con el formato de su cámara para mostrarlo al resto. Tal cual lo contempla su saber ver y mirar. El retratista expresa su intención y cultura a través del visor de su cámara. Cada retratista sabe mirar de una forma diferente. Todo retrato, sin distinción debe ser un acto de respeto y libertad. El sentido común y las leyes en los estados modernos, regulan la protección del más débil: La infancia y la adolescencia. La fotografía como todo arte es un hecho libre y como consecuencia todo prejuicio de cualquier tipo, debe de estar ajeno a la creación del artista.  La Historia nos demuestra cómo las obras de arte, se han abierto camino a través de sus más pertinaces enemigos. La línea divisoria entre un género y otro es altamente subjetiva, aunque toda imagen es igual de inocua. Depende de la intención y la carga emotiva del que la contempla. Hallando la belleza donde otros encuentran fealdad. Un ejemplo de imágenes trasgresoras, se pueden contemplar en el trabajo de José Antonio M. Montoya. Y más abajo una muestra de opiniones expresan libremente sus opiniones sobre este controvertido tema:

Carlos Escolástico. Fotógrafo.

Dar una opinión siempre me parece un poco pretencioso, es al fin y al cabo juzgar, pero bueno, desde mi punto de vista tengo que confesar que no me dicen gran cosa. Me parece más un escándalo buscado, provocación gratuita y marketing en estado puro que verdadero arte. El fotógrafo ha conseguido lo que buscaba, darse a conocer de una forma rápida. Las fotos están bien, pero en realidad si quitas los penes en erección se quedan en una obra bastante simple, con sabor a algo ya visto muchas veces y que aporta bastante poco o nada a la historia de la fotografía. Por ejemplo, las fotos de Mappelthorpe, aunque tu quites las partes más provocativas, siguen siendo obras maestras, creo que estas no. Eso sí, son atrevidas y la valentía o la osadía siempre son un mérito ante el que hay que descubrirse en esta sociedad pacata, conservadora y cada vez más 'amenazadoramente políticamente correcta'.

Juan Vicente Gómez Gómez. Fotógrafo.

Entren, eso sí los que no sean sensibles a imágenes muy fuertes, vayan a "Colecciones" y vean la serie "Santa Sanctorum", son tres páginas, pero las fotos son brutalmente buenas, y además con un sentido del humor (negro) fuera de lo común. En lo personal las he disfrutado grandemente. Las demás colecciones también valen la pena ya que en ellas se demuestra la calidad del fotógrafo.

La Junta de Extremadura responde a la denuncia del PP a la obra fotográfica en la que se mezcla sexo y religión. 20MINUTOS.ES. 13.03.2007 - 17:59h
Comunicado íntegro de la Junta remitido a 20minutos.es
El PP ha denunciado que la Junta subvencionó la publicación de un libro con la obra del fotógrafo JAM Montoya, que plasma iconos religiosos en actitudes sexuales.

Ante las declaraciones del PP sobre los trabajos fotográficos de José Antonio M. Montoya, la Junta de Extremadura quiere hacer las siguientes consideraciones: 


Los representantes del PP, a pesar de ser visitantes y espectadores destacados de muchas de las exposiciones de Montoya, no dudan en utilizarlo para su ceremonia inquisidora y de confusión, y en utilizar la cultura ofreciendo una mezcla de recortes con prólogos, títulos, fechas y contenidos dispares intentando trazar una burla burda y esperpéntica de la realidad sociocultural extremeña que les sobrepasa con creces, mostrándose incapaces de entender nuestro desarrollo actual y futuro.
Las expresiones artísticas no deben estar sometidas a los criterios personales de los políticos; al margen de que se puedan compartir o no determinadas imágenes, la Administración no puede aplicar criterios restrictivos sobre la creación, ya que puede que existiesen ciudadanos que rechacen actuaciones en el patrimonio cultural religioso y no por ello se dejan de recuperar retablos, tallas, figuras, imaginería o edificios religiosos. Pese a estos ataques, la Junta de Extremadura seguirá atendiendo a las necesidades de la sociedad civil, cuando refleja sus tradiciones, creencias y muestras de identidad, como lo demuestran las 267 intervenciones llevadas a cabo durante los últimos cinco años en el patrimonio eclesiástico a través de la Comisión Mixta Iglesia-Junta de Extremadura y otras en colaboración con el Ministerio de Cultura; así, también podemos mencionar la participación en multitud de actividades que tienen como colofón la celebración del Año Jubilar Guadalupense en este 2007.
De todos modos, y tras comprobar cómo el PP amenaza con "medidas contra Muñoz", nos sorprende que el escándalo que anuncian se vea precedido de la publicación de las fotos en las páginas Web del PP, con lo que convierten sus soportes digitales en galerías públicas de aquello que les parece tan denigrante.
La Junta de Extremadura quiere denunciar la falta de escrúpulos y la utilización demagógica del nombre del Presidente de la Junta de Extremadura a sabiendas de que no es al Presidente al que le corresponda seleccionar las obras que publican los diferentes organismos de la Junta, del mismo modo que se conoce el profundo respeto que siempre ha mantenido hacia las creencias religiosas de todos los ciudadanos, por lo que es aún más lamentable y reprobable este nuevo intento del PP.
Por todo ello, nos parece una infamia que se use el nombre del Presidente de la Junta de Extremadura y su ámbito familiar para hacer política basura a través de sus panfletos y de la obsesión por Rodríguez Ibarra que no son capaces de desterrar sus diferentes portavoces.

El PP denuncia a la Junta de Extremadura por subvencionar el libro de un fotógrafo que plasma a Cristo masturbándose (13/03/07).

Antes de la difusión del comunicado de Fernández Vara, la Consejería de Cultura había enviado otro en el que se aseguraba que «las expresiones artísticas no deben estar sometidas a los criterios personales de los políticos» y que «al margen de que se puedan compartir o no determinadas imágenes, la Administración no puede aplicar criterios restrictivos sobre la creación, ya que puede que existiesen ciudadanos que rechacen actuaciones en el patrimonio cultural religioso y no por ello se dejan de recuperar retablos, tallas, figuras, imaginería o edificios religiosos».

Pedro Taracena Gil. Fotógrafo.
Este autor contacta con el fotógrafo aludido y le envía la siguiente composición:

LA MISTICA DE LOS SENTIDOS
El verbo se ha clausurado,
el silencio se hace salmodia
y el trino de los vencejos
interrumpe la madrugada.
Resaca de noches engolfadas
con las mieles del amado,
droga cotidiana de eunucos,
del infierno escapados...
¡Qué días preñados
de sol y luna!.
¡De muerte y vida,
embriaguez y locura!.
¡Qué noches aladas,
colmadas de angélicos aquelarres!.
Fiestas vividas en íntimas estancias,
llenas de inconfesables placeres,
sufriendo en las almas,
las divinas ausencias.
Bendita incomunicación,
pórtico y flagelo de mi vida,
lecho mortuorio de mis sentidos.
No me pidas regresar
de esta locura...
Antes de nacer o antes de morir,
me atrapó.
En un principio o al final.
Siempre o nunca.
¡Déjame que me abandone
en mi afán!
Hora tras hora,
Salmo a salmo.
Quiero estar preso en la cárcel
eterna de mi libertad...

Respuesta de Montoya:

Muchas gracias por tu poema LA MÍSTICA DE LOS SENTIDOS, me ha gustado mucho.

El Paparazzi

En el área que contemplamos a continuación, el retrato, la imagen o la fotografía de una persona, apenas tiene importancia técnica o estética. Sin embargo toda la carga emotiva recae en el fotógrafo y su particular modo de robar las imágenes. Se le viene llamando Paparazzi y así se denomina al que tiene una conducta de fisgón, entrometido, sin escrúpulos mientras ejerce su oficio de fotógrafo. El nombre es debido al personaje Paparazzo de la película de Federico Fellini La Dolce Vita, y tras la película se denomina así a los fotógrafos de la denominada prensa rosa. Los paparazzi han provocado la molestia de figuras públicas, y se les ha acusado de provocar accidentes como el de la princesa Diana de Gales. Hace poco ha sido probado que el accidente de Diana de Gales no fue provocado más que por el exceso de velocidad y el estado ebrio del conductor y no por la prensa”.

De Wikipedia, la enciclopedia libre.
Un ‘voyeur’ a la italiana: Por Lola Huete Machado





El motor de Giuletta, su Alfa Romeo marrón, sonó por vez primera en las calles de Madrid en el año franquista de 1964. Aparcó por Goya. Y allí se le vio durante algún tiempo. “Apenas tres duros me costaba la casa”, dice ahora, pasadas cuatro décadas, Settimio Garritano para presentarse. Sus credenciales: italiano, aventurero, vividor, fotógrafo freelance y, con el tiempo, pero él aún lo ignoraba, el primer paparazzi. Y enseña su obra: los retratos de gente que fue encontrando en su periplo español. Los muestra como si nada. Aunque quien los mire se quede mudo. Por la impresión. Y porque el único que habla es él. Sin parar. Como en una contrarreloj del recuerdo, Settimio cuenta, va y viene, describe, rebobina. De su boca borbotean imágenes, nombres y anécdotas que dibujan una España de los sesenta nueva; un país que él fotografió en blanco y negro, pero que en su discurso aparece pleno de color. Una sociedad vista con ojos del hombre que llegó de fuera. La mirada que completa el círculo de aquel tiempo en el que el país giraba sobre sí mismo: tres décadas autárquico, pobre y herido, desarrollista y aperturista ya en lo económico, pero aún con claroscuros en lo político, lo artístico, lo cultural.
Settimio se quedó cuatro años y hasta se casó aquí, con la húngara Katia (“En San Nicolás, un 15 de diciembre de 1965. ¿Qué es mañana el aniversario? Dios mío, tengo que llamar a mi esposa…”). Era colaborador de la revista Oggi, de Gente, de Época… Y grabó en su Nikon F2 la vida en la capital, en la Marbella aún sin Puerto Banús (se inauguró en 1971), en la Costa del Sol y otras localidades. Se detuvo y entretuvo en un escenario concreto, con esa casta privilegiada, derrochadora, clasista y asimilada que fue la aristocracia de la época. Suyos son retratos de Carmen Bordiú, de Tita Cervera, de una duquesa de Alba treintañera: “Preferí siempre fotografiar en imágenes naturales, espontáneas y no en estudio o empleando luces artificiales o flases. Retratar la personalidad, eso era lo que me interesaba”, dice. Coincidió Settimio también con esos artistas famosos, glamurosos, que habiendo descubierto el sabor rural peninsular llegaban desde Europa o Norteamérica en busca del sol y la juerga, de la farándula, las tardes de toros y toreros, las noches flamencas.
Y hasta con la familia real, entonces príncipes, y sus hijos intimó Settimio. Durante años recibió como felicitación de Navidad las fotos hogareñas de los Borbones. Mete una mano en la cartera y ahí están: 1968, las infantas Elena y Cristina vestidas de faralaes; 1971, tres hijos ya en palacio, esta vez disfrazados de pastorcitos; 1972, toda la familia con un look más moderno, posando en una escalera...




Y siempre la firma: “Juan Carlos y Sofía. Con cariño”. Settimio dice: “Ha pasado ya tanto tiempo. Quizá el Rey me recordará todavía si me ve. Me gustaría que se acordara y fuera a visitar en primavera mi primera exposición en España”. Será en Málaga, en La Casa Abierta (Intimidades. Realeza, famosos y gente guapa. España años sesenta. www.lacasaabierta.es).
¿Cómo logró Settimio acercarse tanto a personajes que al común de los españoles, pobres y sin tele, le parecían de otra galaxia? Él da nombres que son, dice, pilares de su aventura. Alfonso de Hohenlohe fue uno. “Mayte, otro”, dice, en referencia a María Teresa Aguado, del restaurante Mayte Commodore, en Madrid, a quien algunos identifican raudos como “espía del régimen”. “Ella me presentó a todos los importantes. Tenía una costumbre bárbara: abría su casa a los amigos, a cualquiera, a las comidas, la piscina, las partiditas de mus…”. Tercero, Menchu. Regentaba un bar en el Marbella viejo. “Las llevo en mi corazón”. Fundamentales para el italiano fueron también muchos fotógrafos y periodistas del momento. Sobre todo, César Lucas y Antonio Olano. Con ellos montó la agencia Mundial Press, luego Cosmos Press. “Yo me ocupaba de lo internacional; César, de la foto nacional, y Olano, de los textos”, dice.
Y tras las personas, el contexto: “Retraté aquel tiempo de una manera que ya no es posible: manteniéndome cercano a la gente. Daba igual que fueran famosos, financieros o príncipes. Todos eran campechanos, abiertos. Me encantaba lo del tuteo. Me presentaban a un banquero, por ejemplo, y enseguida: ‘¿Qué tal, Settimio? Vente a comer a casa, hombre’. Y así. Era increíble el país, el paisaje, la comida, esas fiestas de días", rememora hoy a sus 73 años, con su media melena canosa, su bigote amplio, vaqueros y camisa azulona, un chaleco de lana y una energía incontenible y tierna. Antes no existía eso “tan moderno” de los agentes o los representantes, dice. “Tanto intermediario que impide llegar a la persona, conversar, compartir el tiempo con los protagonistas de las fotos”. Esta moda que viene de Norteamérica lo ha estropeado todo, afirma. “Yo ahora no podría trabajar del modo en que se trabaja, tan impersonal”. La eficacia de su método ya extinto salta a la vista al contemplar sus retratos, muchos inéditos: “¿Sabes? Lo de archivar tampoco se practicaba antaño. También es cosa americana, desde Getty y Corbis… Antes tomabas fotos, publicabas y el resto lo abandonabas en un cajón… ¡Es en la jubilación cuando me he reencontrado con todo!”. El valor añadido de su obra, la intimidad con los retratados, se aprecia sobre todo al observar a los Príncipes de España paseando acaramelados por La Zarzuela o haciendo carantoñas a su heredero. O a Lucía Bosé y Luis Miguel Dominguín junto a sus hijos en su casa de Somosaguas cuando aún las cosas les iban. Y tantos otros. Settimio disfrutó y compartió su tiempo con influyentes y famosos. ¿Se sintió controlado por el régimen de Franco? “Absolutamente no. Yo era joven, ajeno; sólo quería aventuras y fotos; era todo”. El salvoconducto, asegura, consistía en no hablar nunca de política. Nunca. “Y llegar a la gente era fácil. En España, nadie llamaba a los Príncipes entonces para solicitar entrevistas porque no existían las revistas al estilo de hoy. Y tampoco había tantos periodistas extranjeros… Yo llamaba y decía ‘soy Garritano’, quiero hacer esto. Y me recibían. Y lo hacía”.
Settimio, séptimo de nueve hermanos, llegó a la fotografía para salvarse de la pobreza en que vivía durante la Segunda Guerra Mundial: “Mi primer recuerdo es de mi madre angustiada porque no había nada para comer; de mi padre, bebiendo para no pensar”. Cuando su pueblo, su familia, la provincia de Salerno, su horizonte se le hizo angosto, se enroló en aeronáutica militar y acabó en Roma pidiendo trabajo en la agencia de Elda Luxardo, madre del cineasta Dario Argento. “Trabajaba con celebridades. Allí aprendí todo. A mirar dentro de las personas”. Tras su viaje español, regresó Settimio a su país y fundó su agencia, Star Press, aún activa.
Pero lo que le hizo mundialmente famoso fue un desnudo: pilló en cueros a Jacqueline Onassis un buen día de 1970 en Skorpios, la isla de Aristóteles Onassis. Un scop que lo convertiría en pionero del paparazzismo. Y ahí empezó otra era. Su caché ascendió a la estratosfera. Dicen muchos que Settimio se hizo rico. Él se ríe. Lo niega. Y miente, claro: su riqueza rezuma en sus fotografías.


ANEXO 13:
SETTIMIO GARRITANO
JOSÉ ANTONIO M. MONTOYA

Capítulo XIX

LA CRÍTICA

Sin pretender sentar cátedra en este ensayo, presento dos puntos de vista sobre el perfil y función de la figura del crítico. Se trata de un intercambio de mensajes entre un crítico de arte profesional y un fotógrafo amateur.

José Ramón escribe:

 Quedo enterado, Pedro. "Pero te recuerdo (tengo una extensa experiencia) que la crítica verdadera no gusta a nadie. Si tienes oportunidad, en la revista Archivo de Arte Valenciano 2008 aparece un artículo mío, al respecto de la crítica".

Pedro contesta:

He meditado sobre tu consejo y me agrada discrepar de él. Dos aspectos considero sobre este tema. La CRÍTICA con mayúscula es una disciplina que implica ser un conocedor en profundidad de la materia a criticar. Un docto, un maestro, un sabio, un entendido, en fin, alguien que tiene que servir de referencia para el lego que mira o admira la obra realizada. Y también para el autor. Éste, si se siente inseguro de su obra, es evidente que una crítica negativa le hundirá. Si la crítica es positiva el autor se verá reforzado. Un autor que su seguridad la ponga solamente en manos de los críticos, no se consagrará en su especialidad. Es evidente que toda crítica debe huir de la petulancia, adulación o falsedad. Y referente al público, es verdad que la influencia que la crítica ejerza sobre él, dependerá de la seguridad en sus criterios sobre la obra criticada. "la crítica verdadera no gusta a nadie", me dices. Yo me muevo en términos menos absolutos. La crítica verdadera es la que más contribuye a la perfección artística con la verdad. Pero siempre en términos relativos. Sin embrago el rigor y el dominio de la materia ejercerán una pedagogía positiva, que cada cual, el autor y el público sacarán sus propias consecuencias.
De todas formas intuyo que eres un gran CRÍTICO, independiente, objetivo, sabio y profesional. Te puedo añadir mi experiencia personal. Después de conocer y descubrir a nuestro común amigo Lobato, como un fotógrafo, cuya obra habla por sí mismo. Tuve la osadía después de su insistencia, de subir a la tercera planta de su casa con una maleta y tres carpetas, mis cerca de cien fotografías enmarcadas en 40X50.. Su crítica sobre mi obra, es posible que "no gustara a nadie" pero a mí me interesaba mucho su valoración. Y te puedo decir que en aquellos detalles que discrepó, no en todos acepté su opinión y sin embargo me hizo ver muchas más cosas que yo no había contemplado antes. Yo sigo pensando que mi obra es un acto de libertad y que su crítica fue para mí una lección magistral.
Si los artistas, que en el mundo han sido, hubieran trabajado al dictado de la crítica de turno, hoy los museos estarían llenos de críticos, no de artistas. Siempre pensaré que la labor del crítico es fundamental para que el público tome puntos de referencia para mejor forjarse sus criterios. Para dar la máxima información al público y descubra la calidad que le presentan, que es quien tiene la última palabra. Siempre ha habido obras muy concurridas en todos los órdenes por el público, que horrorizan a los críticos. Porque sobre los gustos no hay nada escrito...

El camino a seguir

José R. Cancer Matinero
Doctor en Historia del Arte

RESUMEN

En esta comunicación, que fue presentada en el XI Congreso de la Asociación  Española  de Críticos de Arte, celebrado en  A Coruña, en el año 2005, se reflexiona acerca de los valores del arte contemporáneo y se cuestiona el   papel que desempeñan algunos críticos de arte.

ABSTRACT

This communication was introduced by its author during the celebration of the 11th Congress of the Spanish Association of Art Critics, celebrated during 2005 at A Coruña. It shows thoughts regarding contemporary art values, being questioned the role of art critics.
          
  “En arte, ha llegado a ser evidente que nada es evidente”
                               
Theodor  Adorno (1903-1969)

 En los últimos años, se han publicado numerosos escritos denunciando la desnaturalización del arte contemporáneo.  Por lo general, todos ellos coinciden al afirmar que la cultura basura nos invade.
 Los firmantes de tales declaraciones, no son críticos de arte (salvo contadas excepciones) sino especialistas en filosofía, estética, sicología, medios de comunicación, teoría del arte, etc.  
Este grupo de expertos coincide  al denunciar  un hecho evidente: hoy, asistimos al triunfo de ciertos seudo-artistas, encumbrados por algunos críticos de arte, periodistas   y dueños de salas de arte que los cobijan. 
A este tenor, debe añadirse que el ritmo febril en que vivimos obliga a los museos y galerías de arte contemporáneo a una constante rotación de sus exposiciones. Como consecuencia, por exigencias del guión  (como suele decirse) se incluyen en las programaciones algunas muestras de objetos  procedentes de áreas tan diversas  como  el mundo textil, el de la automoción o el pirotécnico, los cuales se exhiben ante los ojos del público  transformados en productos artísticos.
A tales objetos no se les exige que sean originales, como antaño, sino eficaces, puesto que como muy bien anotara Brunswich,  “el ojo cree en lo que ve”. Y para que esa eficacia se ponga de manifiesto, se recurre por lo general al crítico de arte, quien, con su texto, legitima al objeto exhibido.
La jerarquía de  antiguos conceptos tales como  originalidad y creación, ha sido sustituida por copia y suplantación   en la actual redefinición del arte, fruto de la concepción posmoderna: “arte es todo lo que llamamos arte”.
Tomando este eslogan como bandera, el arte contemporáneo deviene en espectáculo, de la mano de la publicidad y con el apoyo y la aquiescencia del gran capital, a la búsqueda siempre del beneficio fácil e inmediato.
La complicidad de ciertos agentes, entre los que se cuentan algunos  críticos de arte, ha hecho posible que la impostura, la banalidad  y la mediocridad se generalicen cada vez más en el denominado arte contemporáneo.
En muchas ocasiones, lo zafio se ofrece bajo el manto de la provocación,  amparándose en un supuesto juego innovador, siendo aceptado silenciosamente por quienes debieran denunciarlo,  temerosos quizás  de ser tachados de reaccionarios.
Lo banal y anecdótico se magnifican gracias a los medios de comunicación y fundamentalmente a la inmediata difusión que proporciona Internet (ese mundo virtual de convivencias eclécticas) y que es aprovechado por la cultura basura como trampolín desde donde lanzar su estrategia de invasión a la par que lo usa de escaparate permanente para exhibirse. 
Frente a esta situación, que no es apocalíptica, sino real como la vida misma, puede constatarse que el crítico de arte ha dejado su verdadera función para convertirse en un mero informador al servicio del medio que le paga y ello es así porque en los medios de comunicación, los apartados supuestamente dedicados a la crítica, en realidad cumplen la función de  describir y  publicitar, recurriendo en muchas ocasiones al sensacionalismo, para atraer al público. No debemos olvidar que los medios de comunicación son intermediarios creadores de opinión, que actúan  esparciendo ideas.
Se sabe que el ser humano, en tanto que totalidad orgánica gobernada por ciertas leyes, responde a los estímulos percibidos  con una serie de reacciones abiertas es decir, no sujetas a leyes invariables.  La actitud del sujeto por interiorizar los estímulos  y filtrarlos a través de una subjetivación, constituye un proceso que recibe el nombre de “reacción en bucle”. En ese proceso, el filtro cultural dejará pasar solamente aquellos mensajes que el receptor reconoce, es decir, los que forman parte de su universo cultural. Y ello es así, porque la percepción de los objetos familiares se relaciona de modo inseparable con las imágenes normativas que el observador conserva en su mente ya que el lenguaje tiende a señalar más bien categorías funcionales que formales.
Teniendo en cuenta todo este proceso, no debe extrañarnos que el arte contemporáneo viva en los últimos años bajo sospecha de impostura, habida cuenta que una parte de los objetos artísticos se presentan en los medios de comunicación con un  exceso de provocación trasnochada y gratuita, mientras que otra parte se oferta   como mera mercancía de consumo y decoración.
Cabe preguntarse si esta situación de sospecha a que aludimos, no se debe en el fondo a dos cuestiones muy  concretas, las cuales,  siendo diferentes, aparecen no obstante   ligadas íntimamente.
La primera, sería establecer quién, cómo y por qué determinados objetos son sancionados como obras de arte contemporáneo.
La segunda,  sería  determinar  cuál es el papel que debe desempeñar el crítico de arte en los medios de comunicación.
Por mi parte, entiendo que el crítico de arte debería retomar su verdadera  función  y enseñar a diferenciar, si es que no lo ha olvidado totalmente, entre arte y chapuza, separando la originalidad de la imitación;  la creación, de la banalidad.
La tarea, no es sencilla, habida cuenta que  vivimos un tiempo en el que la tradición se ha fracturado totalmente; la obra de arte ha perdido su aura e igualmente se ha disipado la noción de autoridad.
Es evidente que en estos primeros años del siglo XXI  la finalidad del arte es la misma que heredamos del siglo anterior, esto es: el propio arte.  Y como consecuencia, lo transversal, es uno de los signos de identidad del arte contemporáneo. 
También hay que tener en cuenta que el arte no constituye una práctica cultural pura, sino que está ligado a las circunstancias temporales, sociales, religiosas  y económicas que le rodean.
En esta exposición reflexiva, debemos considerar además que hoy la publicidad se ha convertido en muestra, depósito y receptor (bien juntos o separados) de la transversalidad de las artes, antes aludida.
Así pues, cabe preguntarse una vez más ¿qué papel debe desempeñar el crítico de arte?
La respuesta más  cómoda, para muchos, es  que el crítico debería continuar el papel que ha venido desempeñando últimamente en los medios de comunicación, esto es, ser un eslabón más en la cadena publicitaria, al servicio del capital.
No obstante, una minoría (en la que me encuentro) opina que es necesario cambiar el rumbo y una forma de hacerlo sería recuperando las raíces  o dicho de otro modo, regresando a la tradición.
Me permito recordar que la representación más tradicional de la crítica es la de una anciana de rostro severo, que tiene en una mano un haz de flechas y ramitas de laurel (expresión gráfica del aplauso y la censura) y en la otra una antorcha que enciende en el fuego que  le presta el dios del buen gusto.
Desde hace años se viene cuestionando acerca de la forma y manera que resulten más idóneos para ejercer la práctica interpretativa también denominada crítica de arte.
A priori,  la actividad del crítico debería consistir en marcar diferencias dentro del campo de actividades de lo artístico: juzgar.
El crítico, frente al hecho artístico actúa en base a una hibridación de sensaciones, de prejuicios, de conocimientos... es decir, dicho llanamente, lucha entre la subjetividad del corazón y la objetividad de la razón.
El crítico, cuando observa una obra, trata de verse proyectado en ella; de verla,  desde sus planteamientos e inquietudes, intentando en todo momento, si es honesto, de aislarse de la información condicionante anexa.
Pero no debemos olvidar que un espectador anónimo, con espíritu contemporáneo, observa igualmente esa misma obra y la ve a su manera, de acuerdo con su sensibilidad y conocimiento.
Ambas miradas, juzgan y comprueban si ese objeto que se les ofrece bajo la etiqueta de obra de arte les afecta emocionalmente o bien si les resulta indiferente o bien si les parece que su autor no ha puesto el interés debido en su concepción.
Tanto el espectador anónimo como el crítico de arte pasan por la misma fase de “reacción en bucle” antes mencionada,  pero sus valoraciones finales difieren. El espectador, juzga mediatizado por los medios de comunicación, mientras que el crítico de arte debería actuar con libre albedrío.
Cuando se cuestiona acerca  del modo, de la forma más idónea de ejercer la práctica de la crítica de arte con libre albedrío, muchas veces olvidamos lo más elemental y en este caso sería interrogarse si el pretendido crítico de arte posee las dotes que tradicionalmente se han requerido para el desempeño óptimo de tal función.
Llegado a este punto, se impone recordar cuales son las dotes exigibles al crítico de arte: vocación manifiesta; probidad intelectual exenta por completo de miras bajas e interesadas; gusto estético depurado y exquisito; cultura extensa y profunda; ausencia de personalismo.
A ello, debe añadirse que el auténtico crítico de arte, emitirá un juicio   imparcial acerca de lo que autor dejó consignado en su obra, sin adentrarse en terrenos  propios de la criptografía.
Entiendo que si actualmente se exigiera al crítico de arte que demostrara estar en posesión de las mencionadas dotes, ello redundaría en beneficio de la sociedad y posiblemente afloraría el verdadero arte contemporáneo, con lo cual desaparecía la actual sospecha de impostura que lo envuelve.
El crítico de arte, en tanto que intermediario entre el artista y el público, debe aprender a comportarse en libertad, sin sentirse peligroso ni embarazoso.
Ese es el camino a seguir.

 Capítulo XX

TRES MAESTROS DE LA FOTOGRAFÍA 

ROBERT MAPPLETHORPE: La Trasgresión.





ROBERT CAPA: La Libertad.















ROBERT DOISNEAU: La calle.

  



















Capìtulo XXI

JORGE LÓPEZ BARBA
Fascinación por el blanco y negro y el grano

 

Cera, azahar, incienso y moho

Jorge López Barba 

Comentario por Pedro Taracena Gil

Es verdad que el fotógrafo estaba allí cuando raptó o capturó la puesta en escena de estos eventos populares, pero también es cierto que, al contemplar estas imágenes, el espectador está percibiendo una realidad que ni siquiera el autor albergaba en su mente. Esa es la grandeza de la subjetividad del mundo de la fotografía. Aquí en esta exhibición se produce un encuentro mágico, donde casi nada es lo que parece. Aquello que el artista ideó y plasmó sobre el papel, es diferente de lo que el espectador percibe guiado por su carga emocional. Bajo el crisol de su propia experiencia y particular forma de interpretar las luces y las sombras, en el espectro de blancos y negros. Estas manifestaciones exteriores fotografiadas por Jorge López, son proyecciones de las mil y una maneras de expresar un pueblo sus sentimientos. Quizás religiosos, profanos, sádicos, morbosos, arraigados en la lejanía de los tiempos. Estos acontecimientos que tienen lugar alrededor del equinoccio de primavera, sobre todo en las tierras del sur, son una explosión de sensualidad. Bajo apariencia mística, aflora lo más hondo del humanismo dramático, trágico y a veces también cómico. Se arrastra por las calles la aprehensión, condena y ejecución de un hombre bueno, trasgresor del orden represor establecido. Las turbas se echan a la calle sangrando las losas del barrio judío. Borrachos de sentimientos de dolor ajeno. Exhalando saetas de lamentos milenarios, al paso de imágenes de rostro herido y de corazones traspasados. El cortejo trascurre al ritmo de tambores y trompetas, heraldos que anuncian hechos que ya han sido. Quizás pasiones, frustraciones y añoranza de libertad. El autor estuvo en aquel desfile procesional de fantasmas encapuchados, y rompiendo el espacio vital de los protagonistas, trajo el espectáculo ante nosotros. No podemos olvidar que este joven creativo ha sido capaz de transmitirnos una atmósfera lúgubre y al mismo tiempo preñada de contrastes. Exteriormente, el espectáculo es un mosaico de sentimientos místicos, cómplices del hito histórico. No obstante, bajo el velo de la noche, a la luz de las antorchas, los ocultos costaleros, sudan y sangran su propia pasión. Un humanismo morboso, no exento de sensualidad, expresión de sensaciones y sentimientos ancestrales, quizás, ajenos a una fe mística, sin embargo, llena de mitos y fetiches. La muestra es magistral por lo que tiene de pedagógica y provoca a quien la contempla un sinfín de interrogaciones. El artista ha trasgredido las formas y el fondo. Es como si hubiera deseado arrancar las máscaras de todos los personajes imbuidos de aquel ambiente con hedor a cera azahar y moho.

ANEXO 17JORGE LÓPEZ BARBA

Capítulo XXII

A MODO DE CURRÍCULUM VITAE


Pedro Taracena Gil

Fotógrafo vocacional, compró su primera Kodak Istamatic en Bilbao a los 23 años y desde entonces lo ha fotografiado todo. Tomando prestado el laboratorio de su hermano y después de asistir a su primer curso sobre fotografía en el Ministerio de Cultura, dirigido por Benito Juárez, se perdió muchas horas en él luchando para dominar, sin conseguirlo, la técnica de las zonas. Más tarde descubre la Real Sociedad Fotográfica de Madrid, conociendo el espíritu y la obra de la llamada Escuela de Madrid y el Pictorialismo. La Real le permite asistir a un taller “Del retrato al autorretrato” de Antonio Tabernero; considerando este evento como un punto de partida para abordar el concepto del retrato. Comparte la actividad de este taller con Dámaso Mirón, a quien considera su amigo y maestro. También participa en un taller de revelado en blanco y negro de José Frisuelos. Ha colaborado en algunas exposiciones colectivas impulsadas y presentadas por la Real y ha publicado algunos trabajos en el Boletín de esta institución. La revista FOTO ha tenido a bien publicar y hacerle una crítica de sus trabajos. Para este fotógrafo vocacional, la literatura es la narración de una imagen, de una escena y el retrato es el relato de una historia. Ambos, la literatura con su imaginación y la imagen con su creatividad, son lenguajes de una misma expresión. Retratan la percepción, la belleza y la libertad. Ha tenido como maestro a Juan Vicente Gómez Gómez, abogado, periodista, fotógrafo y director del Museo Nocional de Fotografía de Venezuela, sobre todo en su lección magistral a la hora de abordar el desnudo, como un hecho en libertad y ausente de prejuicios. Ha colaborado a fraguar su personalidad libre como fotógrafo, el maestro de fotógrafos y director de la Galería de la Escuela Argentina de Fotografía, Ramón García y el pintor y fotógrafo mexicano Sebastián Moreno Coronel. Se considera atípico, sólo ha sido profeta en su ambiente. En la multinacional donde trabaja, asiduo en la cita anual de fotografía y en el pueblo donde ha vivido los 14 primeros años de su vida, captando con su cámara al pueblo que era y que ya nunca volverá a ser. Parte de las imágenes de esta villa, sólo existen en su colección personal. Y en la Web de la Real Sociedad Fotográfica y en Fotos y Fotógrafos, tiene colgados artículos y portfolios. ¿Proyectos? Para este retratista, la propia actividad fotográfica genera iniciativas sobre el propio devenir de la observación, la contemplación y el saber mirar. Trabaja sobre la dualidad de ilustrar textos naturistas con imágenes, como respuesta integral del ser humano en libertad. Tiene escrito aún inédito en manos del Ayuntamiento de su pueblo con 25 fotografías de apoyo, unas Crónicas que refleja la situación etnológica de la década de los cincuenta. Dispone como colección personal de cerca de cien ampliaciones, muchas de ellas reveladas en blanco y negro por el taller de Frisuelos y otras hechas por él mismo. Fotografías enmarcadas en cartulina 40x50 centímetros, comprendiendo imágenes tomadas desde los años 70, su viaje a Kabul, hasta la actualidad.  La mayoría son fotografías desechadas y descalificadas de una infinidad de concursos. El autor ha escrito un texto donde explica que estas imágenes son consideradas por él como la obra de un poeta maldito. Los jurados han considerado sus imágenes como canónicamente incorrectas. Pero lejos de avergonzarse de ellas y esconderlas como el que esconde un familiar estéticamente poco agraciado, las exhibe como la expresión de su libertad. Jamás se había planteado hacer de la fotografía su profesión. Sin embargo, si ahora tuviera 18 años esta vocación larvada sería, conjuntamente con el periodismo y la narrativa corta, su verdadera opción. Este autor considera intrínsecamente unidos, el texto y la imagen. Etima que debe ser capaz de narrar una historia con su cámara y de igual manera, describir todo aquello que percibe en una imagen con su pluma. En el fondo, opina que son caras de una misma moneda, atrapar la luz en una cámara oscura, que articular la percepción de las imágenes a través de la escritura. Dos formas de contemplar la belleza. El verbo y la imagen.

ROBERT HUPKA




La Pietá es la única de las obras de Miguel Ángel Buonarroti en la que él no puso su nombre. Giorgio Vasari, su biógrafo y contemporáneo, relata que estando un día Miguel Ángel en San Pedro encontró a un grupo de visitantes procedentes de Lombardía admirando elogiosamente su Pietá. Él oyó a uno de ellos diciendo que el artista era: nuestro jorobado de Milán. Miguel Ángel regresó por la noche con un farol y grabó en latín sobre la cinta que cruza el ropaje de la Virgen:

MICHAEL ANGELUS BONAROTUS FLORENTINUS FACIEBA

Robert Hupka le emocionaba el comprender que la grandeza de esta obra maestra realmente nunca había sido vista en su total magnitud, excepto por unos pocos  privilegiados.  Estas imágenes muestran cómo un fotógrafo retratista hace un retrato a otro retrato creado por un escultor.  Con 466 años de diferencia...






La colección compuesta de 101 retratos de la escultura de Miguel Ángel, fueron expuestas en la Capilla del Obispo cripta de la iglesia de San Andrés de Madrid durante el año 2000. En el ANEXO 18 se puede contemplar estos retratos, escuchando la misma salmodia gregoriana que acompañó a la colección de Madrid.



Robert Hupka tomó esta sorprendente vista, una noche desde el techo a través de la abertura del foco de la luz. La presencia de la Pietá en el Pabellón del Vaticano en  la Exposición Universal de Nueva York en Abril de 1964, fue la ocasión de oro para realizar este magnífico reportaje de retratos. Miguel Ángel contemplaba ocho vistas de sus esculturas, Hupka se aprovechó de trescientas sesenta...


CARLOS ESCOLÁSTICO
“Esclavo incondicional del retrato”


Autorretrato


Interprete del arte de Talía

Sobre mi trabajo: De lo que más orgulloso estoy es de las horas que he pasado fotografiando a amigos y desconocidos. No veo mi trabajo como un arte ni me considero artista, para mí  es  una adicción, una necesidad, una terapia, un auto-psicoanálisis.  Me cuesta menos relacionarme si lo hago a través de la imagen y la fotografía es mi forma de expresar mis sentimientos. Me considero   esclavo incondicional del retrato  como la disciplina más compleja, como el camino para desenmascarar y entender el mundo que me rodea y de conocerme y entenderme a mí mismo. En el retrato investigo compulsivamente con la esperanza de algún día conseguir “La Foto”.


Capítulo XXIII

VICENTE TOFIÑO

“Humanismo vestido de luz”




Tuve la oportunidad de contemplar esta galería de imágenes, mientras trascurría una asamblea general en el recinto de la exposición de la Real Sociedad Fotográfica de Madrid. Confieso que estos retratos me seducían mucho más que el orden del día de la reunión. La colección presenta al ser humano en estado puro. Vestido con su propia desnudez, ausente de prejuicios. Cuerpos preñados de libertad y ebrios de amor. Es pobre la expresión oral cuando los ojos se saturan de tanto humanismo. Enmudece la pluma con esta loa a la belleza, a la sensualidad y a la sexualidad. Los sentidos se confunden con el alma. Esta muestra de la mujer y el hombre desnudos, son un desafío a los dioses. Han abandonado las ropas de la hipocresía y se han revestido con la túnica de su verdad. En nombre de quién se les puede tapar con el velo de la falsedad o la máscara de la complicidad social. ¡No hay hojas de parra en el mundo para ocultar tanta inocencia!
Es mi deseo Incluir una muestra de la obra de Tofiño en este Breve ensayo sobre el retrato.  Es una muestra del saber hacer del fotógrafo y una lección magistral de libertad y de humanismo.


Capítulo XXIV 

MI PARTICULAR ERA DIGITAL

Como las cigarras de Lorca, mis vacaciones han estado borrachas de luz. ¿Qué más puede pedir un fotógrafo para inaugurar su época digital? Fluir en abundancia de sol y de luna. Pues aquí está una selección del trabajo de mi reciente caída del caballo de la imagen analógica, en brazos de lo virtual, de lo intocable aunque sí manipulable. Sigo pensando que la imagen resultante está por encima de las técnicas utilizadas para obtenerla. La imagen se concibe en el mundo platónico de las ideas y en la intención del autor. Después se desencadena una serie de eventos que concurren en un mismo objetivo, la obtención de la foto deseada. Dos factores son importantes para que una imagen sea original, creativa, irrepetible y sorprendente: La voluntad del fotógrafo y que la persona que toma la fotografía esté allí, en el lugar donde acaecen los hechos. Ambos aspectos son importantes. Pero cuando coinciden el fotógrafo y el lugar, situación geográfica, reportaje a realizar o modelo a fotografiar, la cámara que tengamos en nuestras manos, así como el soporte elegido, no son decisivos en la creación de una imagen creativa. No obstante en mi caso, he renunciado a mi cámara Minolta 7000, a favor de una cámara digital, sin muchas pretensiones y el precio que he pagado ha sido la pérdida de un reportaje sobre la luna llena y el mar. Imposible de captar con esta cámara por la escasez de luz. No obstante, la opción digital no solamente implica obtener la imagen con una cámara digital, sino que permite también, escanear una fotografía habiendo sido tirada con una analógica. De esta forma se obtiene un fichero que se puede manipular en un programa de edición, de igual forma en ambas opciones. Estas reflexiones personales me permiten establecer que, si el fotógrafo se  considera fotógrafo como tal en el campo analógico, cuando supere las dificultades técnicas de manipulación de una cámara digital con más prestaciones, sólo habrá cambiado el medio para lograr los objetivos pretendidos. Parafraseando a Parménides, salvando las distancias filosóficas, “El ser es, y el no ser, no es”.



Retrato a la Luna llena, sin filtros y sin trípode




Epitafio para Pepito en un eterno atardecer




Autorretrato. Mirada hacia el infinito



Víctor Hugo. La primavera y la adolescencia.




Fernando. El modelo cómplice de la cámara

Capìtulo XXV

EL BIG BAN DE LA IMAGEN




(Poema fotográfico)


Fotógrafo: Rafael Sanz Lobato. Positivado por el autor en papel varitado, bromuro de plata al selenio

Al principio existían las tinieblas, la noche,  la negritud.
La luz irrumpió en la retina del mundo y nacieron las imágenes.
Sin la luz el imperio de la nada, se cernía sobre las alturas y profundidades abismales.
La llegada de la luz anunció la presencia del ser y su ausencia, el  no ser  de las cosas.
Blanco y negro de la percepción de la existencia.
Los colores llegaron más tarde.
Cuando la mirada se asomó a la vida, contempló la génesis de su entorno.
El Big Ban de la imagen, la magna explosión, el gran parto,  el fin de la oscura preñez.
El hombre no se conformó con ver, ansió mirar.
Y persiguió con su mirada la imagen, hasta atraparla.
Cual cazador furtivo, no cejó hasta hacerla suya.
Había que provocarle su vanidad y mostrarle un espejo, como la luna refleja su luz en el lago de la noche.
La abeja engolfada en la miel, fijó su figura, presa de su propia imagen.
Como un amante poseso, quiso repetir el yo de su amada como espejo roto en infinitos pedazos.
“En el azogue del espejo familiar, la imagen del niño quedará guardada para siempre en brazos de Narciso”.
Narciso enamorado de sí mismo, ansiará contemplar su figura eternamente.
En aguas cristalinas y en cuerpos opacos, traslúcidos y transparentes.
“El río en el que nadie se baña dos veces, según Heráclito, está formado por todos los espejos en los que uno se ha mirado a lo largo de la vida”.
La luz se deja acariciar, arrullar,  enamorar y es cómplice de la  libertad y siempre  nos vuelca la verdad.
Los seres fecundados por la luz, nos devuelven el mundo hecho imágenes.
“Envejeciendo en los sucesivos espejos, como si se reflejara en río de azogue que nos atraviesa”.
Imágenes virtuales, tangibles a la mirada.
Albergadas en memorias no siempre humanas, pueden ser vistas y contempladas.
El Génesis de la fotografía es la historia de la creación de la imagen.
Una historia de amor, de libertad y también de trasgresión.
Ave en celo en pos de su presa.
El ser enamorado en busca de la posesión del ser amando.
El cazador que no perdona consumar su pasión.
Atrapando la luz en su cuarto oscuro para henchirla.
La fotografía es buscar la complicidad entre el Arco Iris y La Luna.
Una explosión de luz que irrumpe en un caos, plenitud de tinieblas.
La historia de la fotografía es como el río de Heráclito.
En él nadie se baña dos veces y sin embargo, la imagen permanece en el caudal de sus espejos.

Nota: Las frases entrecomilladas son de Manuel Vicent, de su trabajo Espejos.

Capìtulo XXVI

LA FOTOGRAFÍA ¿NUEVO ARTE?



Pedro Taracena Gil

La fotografía irrumpe en el siglo XIX, sobre todo en dos géneros ya conocidos: El retrato y el paisaje. Hasta tal punto que los pioneros de la fotografía, los retratistas y en general los fotógrafos, desmerecen su propia obra y tratan de ocultar el realismo de las fotografías forzándolas a parecer pintura. Surgiendo la primera contaminación del arte pictórico sobre la incipiente fotografía. El Pictorialismo. No fue la forma más adecuada para abrirse camino como una opción artística nueva. No obstante las primeras imágenes obtenidas en aquellos daguerrotipos, placas metálicas y de cristal, presentaban unas imágenes que lejos de representar la realidad, proporcionaban una auténtica abstracción de ella. La realidad percibida por los sentidos no es en blanco y negro. El retratista obtenía en su taller de retratería una imagen monocroma: Una superficie en blanco manchada de negro, degradándose en grises. Más tarde los nuevos creadores de imágenes, trabajarían con siete zonas entre el negro y el blanco. Por mucho que se haya tratado de apartar a la fotografía del arte mayor, el universo fotográfico del blanco y negro, pasando el crisol de la definición de arte, supera cum laudo la prueba.



Alon Albergu

Salvando el subjetivismo y los complejos que nos asisten a la hora de contemplar un retrato o un paisaje en blanco y negro, una creación fotográfica en sí misma, será una obra de arte según las características y circunstancias del contenido. Es evidente que cualquier imagen obtenida en blanco y negro, donde la intención del autor ha estado ajena a la hora de conseguir una imagen creativa, no se puede considerar como tal. Fotos realizadas para el documento nacional de identidad, tomadas a personas de dos en dos con una sábana blanca haciendo de fondo, y fotografías familiares que sólo sirven como testimonio de eventos domésticos, son ajenas al concepto arte. Pero si contemplamos todo el trabajo documentalista de no pocos fotógrafos, que han dejado constancia de las guerras en la primera mitad del siglo XX o el fotoperiodismo, todos estos testimonios gráficos, sin pretenderlo, la historia les reconoce como arte.



Alon Albergu

Sin abandonar aún la fotografía en blanco y negro, todo el proceso que lleva desde la concepción de la imagen como una idea con una intención clara, hasta la toma en sí misma; habiendo elegido el modelo, el marco, el ambiente, la puesta en escena y siguiendo el proceso de elección de formato, revelado del negativo y concluyendo con la obtención de la copia, sin duda alguna es un auténtico proceso de creación. El fotógrafo, en este caso si es retratista, puede transformar más si cabe, la mal llamada realidad. Puede y de hecho es su meta, manipular y amasar con sus manos, como si de un alfarero se tratara, al modelo que se preste, gestionando las prestaciones de la cámara para captar la luz adecuada. Los tiempos de espera sumergiendo el papel en los líquidos del laboratorio, le devuelven la imagen ansiada. Cuando el retratista es protagonista del proceso completo, le asiste el derecho de adjudicarse la función de creador. El retratista en blanco y negro, es capaz de ofrecer una gran variedad de percepciones.



Alon Albergu

Varias tomas sometidas a experiencias diferentes de revelado químico, tiempos y papel de impresión, podemos sorprendernos de la gama de resultados diferentes. A pesar de estas consideraciones, la fotografía, sobre todo el legado del siglo XX, está venciendo estas inercias del pasado y con timidez pero con paso firme está adentrando en el universo de las Bellas Artes. Y haciéndose hueco en museos y galerías que antes estaban vetadas para este arte menor. Durante buena parte del siglo pasado las exhibiciones fotográficas, se reducían a guetos en los llamados Salones Fotográficos y asociaciones casi gremiales de fotógrafos. Bajo mi punto de vista la fotografía en blanco y negro, ostenta el honor de constituirse en obra creativa, antes de que llegase el color. Dicho de otro modo, el retratista era ya un artista sólo trabajando en blanco y negro. La fotografía en blanco y negro tiene la magia de superar la realidad y de constituirse en una abstracción permanente preñada de subjetividad. No es una presunción y mucho menos una osadía, el sentar cátedra como lo hace el artium magister, Rafael Sanz Lobato, cuando dice que: “La digitalización jamás conseguirá los grises y negros, que él logra con el bromuro de plata en su laboratorio químico”.


Alon Albergu

Este artículo con vocación de ser una brevísima pincelada, faltaría a la equidad si no mencionara el fenómeno de masas que supone le expansión de la fotografía en color bajo soporte digital. Ha puesto en manos de cada ciudadano la posibilidad de ser un retratista, un fotógrafo y un reportero gráfico. Al menos por un instante. La noticia gráfica es de quien la atrapa, allí donde se produce el evento. Pero las miles y miles de imágenes que los turistas nos traemos de los lugares visitados, ¿son arte? Es evidente que no. Afirmar lo contrario supondría una frivolidad. Sólo superarán el cedazo de la definición que encabeza este texto, las obras de aquellos fotógrafos que se constituyan como creativos o tengan la intención de transformar la realidad, de subjetivarla. Las cámaras digitales nos permiten ser la prolongación de nuestros ojos y capturar nuestra forma de mirar el mundo que nos rodea, cuya facultad sigue siendo del ser humano, no de la máquina. Las prestaciones de la tecnología digital ayudan al fotógrafo, jamás le sustituyen y menos le anulan. También es verdad que a través de la Informática se pude hacer ediciones, retoque y copias que rayan la perfección. Pero no olvidemos que quizás la obra de arte no está en la perfección digital. Es posible que la creación artística esté en el instante de la ausencia de rigor y sobre todo cuando la percepción supera la realidad. En el momento que el espectador contempla aspectos que no estaban en la intención del fotógrafo. En la actualidad podemos ver con satisfacción que hay museos que abren sus puertas al mundo de la fotografía, nutren sus fototecas al lado de las pinacotecas. Se establecen premios de fotografía con el sello de las Bellas Artes. Las exposiciones no solamente rinden honores a los autores por su testimonio histórico, sino por su obra en sí, y a la fotografía se le da un tratamiento como ente independiente. Soy un convencido de que la fotografía es arte. Un arte nuevo, y de este planteamiento no se puede renunciar un ápice. Y como consecuencia el fotógrafo un creador artístico.


Arte.- Acto o facultad mediante el cual, valiéndose de la materia, de la imagen o del sonido, imita o expresa el hombre lo material o lo inmaterial, y crea copiando o fantaseando: Si el arte fuera tan sólo la copia del natural, la música no sería arte, la danza no sería arte, el arte literario más alto no sería arte (Pérez de Ayala).
Artístico.- Perteneciente o relativo a las bellas artes. artium magister, que significa maestro en artes. Maestro en la facultad de artes liberales.
Artista.- Persona que ejercita alguna bella arte.
Creador.- Que crea artística o intelectualmente. Por encima o por debajo de ese Bécquer (...) está el creador de uno de los mundos poéticos más simples y etéreos (Dámaso Alonoso).
Creativo.- Que posee o estimula la capacidad de creación, invención, etc.
Gran Enciclopedia Larousse


Capìtulo XXVII

HISTORIA DE UN RETRATO

Soy una mujer de 31 años. Me llamo Heidy Elainne y nací, en la ciudad de Sao Paulo (Brasil), en una familia de médicos argentinos y con un hermano once meses mayor que yo. Allí viví hasta los ocho años, creciendo entre innumerables edificios y pocos espacios verdes. En 1984 mis padres tomaron la decisión de volver a su país natal en busca de una nueva vida, sin saber en qué ciudad echarían raíces otra vez.
El lugar, finalmente, fue La Patagonia, en un pueblo sobre la cordillera de los Andes llamado San Carlos de Bariloche. Un lugar bastante contrastante con mi entorno anterior. Esto significó un gran cambio para mí: otro idioma, una nueva escuela, otros compañeros… Fue un nuevo comienzo en medio de una extensa naturaleza virgen. Pese al cambio de rumbo para intentar encontrar la estabilidad, mis padres se separaron al cabo de un año de instalarnos. Mi padre dejó nuestra casa para vivir con otra mujer, en la misma ciudad.  Los años fueron pasando y nuestros caminos se fueron distanciando. A los 20 años se me presentó la oportunidad de hacer un viaje de vacaciones (de varios meses y con mi hermano) a Medio Oriente.  El deslumbramiento que experimentamos por las nuevas experiencias que vivíamos, hizo que no regresáramos a la Argentina, comenzando así, una vez más, la búsqueda de un nuevo y desconocido destino para nosotros. Un destino que nos transportaba de país en país, con una mochila a cuestas y con miradas de expectación. Al cabo de unos años, de un constante ir y venir, sentí la profunda necesidad de asentarme en un lugar  estable, con el fin de desarrollar mi gran vocación: la fotografía.
En 2003 Barcelona me cautivó y decidí poner en  marcha mi proyecto personal. Desarrollé mi visión fotográfica siempre atraída por la gente marginada, necesitada o excluida de la sociedad. Los muchos momentos vividos con gente de escasos recursos en varios lugares del mundo, ha producido en mí una gran sensibilidad hacia ellos. Esta ciudad me brindó la posibilidad de realizar diversos reportajes fotográficos, trabajos puntuales y contactar con varios profesionales destacados, dejándome un importante aprendizaje.


 

Años atrás, mi madre al encontrarse con la situación que no regresaríamos a Argentina, dejó su vida en La Patagonia para empezar, de nuevo, en un lugar diferente y estar cerca de sus hijos. Gracias a la convalidación de su título profesional, trabaja y vive en Barcelona desde hace siete años.
 Mi padre, por otro lado, permaneció en la misma ciudad, trabajando en el Hospital Regional, como reconocido médico de Urgencias. Durante años ha permanecido bajo  una rutina infinita. Esto, sumado a otras vivencias de su pasado, produjo en él una personalidad introvertida, aferrándose al alcohol como medio de escape. Mi padre se crió en el seno de una familia de inmigrantes andaluces, en la provincia de San Juan, Argentina. Hijo mayor de tres hermanos, con una madre, ama de casa, poco cariñosa y un padre dedicado a la política, muy ausente. Fue un niño poco destacado y algo descalificado por sus seres queridos, excepto por su hermana menor.
Un buen día, con ocho años, descubrió a su padre con otra mujer. Su inocencia de niño llevó a que se lo contara a su madre. Esto culminó con una agresiva separación de sus padres, sintiendo, por ello, una gran culpa. Algo que no puede olvidar ni perdonarse. Creció con un gran remordimiento y tristeza viendo que su familia ya no vivía bajo el mismo techo. La falta de un referente masculino, de una guía paterna correcta, hizo que, con el correr de los años repitiera la misma historia.
Su infancia y adolescencia fueron marcadas por un padre ausente y una madre que no dejó de compararlo con su brillante hermano. Con 20 años, se trasladó a la provincia de Córdoba (Argentina) con el fin de estudiar medicina, donde conoció y se casó con mi madre. Después de terminar sus carreras decidieron mudarse a Brasil y allí, con mucho esfuerzo y horas de estudio, mi padre logró especializarse en Cardiología Pediátrica. Pese a su título profesional, se dedicó a la Medicina de Urgencias, especialidad mucho más dramática y dura.
Hoy en día, mi padre, después de varias relaciones sentimentales que le dejaron algunos hijos, ha logrado rehacer su vida formando una nueva familia.  Su actual  pareja  tiene una hija de 7 años de otro matrimonio y juntos tuvieron un hijo que tiene apenas año y medio. Pese a las dificultades económicas que ha soportado Argentina en el año 2000 con “El Corralito”,   está construyendo su casa a pocos kilómetros de la ciudad.
Sus largos años de alcoholismo, fragmentaron su vida en varias realidades ya que, pese a estar preso de una enfermedad, que no reconoce, sigue luchando por su hogar, intentando otra oportunidad como cabeza de familia. Por otro lado,  afronta su día a día en un mundo de dolor, urgencias, muertes y accidentados que vive en su lugar de trabajo. Es una dolorosa  dualidad en una persona que puede agredirse tanto a sí misma y ser tan solidaria con los demás.




La relación con mi padre tuvo varias etapas, empezando por la de Brasil, que, como cualquier niña, pasé por el complejo de Edipo. En el momento que nos fuimos a vivir a Argentina, las cosas dieron un vuelco. La situación se transformó en un estado de ausencia, creada por el abandono de mi padre, cuando yo tenía nueve años. Fui  creciendo viendo un ejemplo de hombre trabajador y muy responsable, padeciendo una enfermedad que lo deshacía poco a poco. Esto creó un gran vacío en mi recuerdo. He tratado de comprender su presencia-ausencia que lo caracteriza como hombre, al igual que la profunda generosidad que lo destaca.
Los años que viví fuera del país me ayudaron a elaborar muchas experiencias de la relación con él. El tiempo curó muchas heridas, y el distanciamiento terminó siendo por ambas partes. Algunas de mis idas a la Patagonia, de vacaciones, ayudó a unir, por momentos, nuestra relación desde la madurez y la sinceridad.
Ahora, pretendo, mediante las fotografías, borrar una ausencia de años que permaneció a mi lado, reparando un pasado de recuerdos vacíos. Quiero construir un lazo y comprender una infancia-adolescencia marcada por un padre de familia, médico, alcohólico, con todas sus grandezas y todas sus debilidades. La finalidad de este proyecto fotográfico es, como fotógrafa, plasmar una realidad que se vive dentro, pero también fuera de mi núcleo familiar. Transmitiendo así, una problemática social muy frecuente en muchos hogares a lo largo y ancho del mundo.
A lo largo de mi vida, he comprendido que el alcohol es una de las drogas que por su fácil acceso y la poderosa propaganda que recibe, se ha convertido en un verdadero problema social en casi todos los países y en todas las edades.
Esta enfermedad parece ser producida por la combinación de diversos factores fisiológicos, psicológicos y genéticos. El alcohol bloquea el dolor emocional y a menudo se percibe como un amigo fiel cuando las relaciones humanas fracasan; también se asocia con la libertad y una desinhibición que compensa las rutinas diarias. La influencia del alcohol en la sociedad ha tenido gran peso como factor problemático en la conformación y funcionamiento del individuo, de la familia, y por ende de la sociedad. La ansiedad y la depresión que son causadas por el alcoholismo pueden ser minimizadas después de dejar el consumo. Estas mismas emociones también pueden ser factores desencadenantes hacia el alcoholismo.
En el cerebro, el alcohol interactúa con centros responsables del placer y de otras sensaciones deseables. Para las personas con esta enfermedad, beber se convierte en el medio primario, mediante el cual pueden tratar con personas, ejercer su trabajo y seguir con sus vidas. El alcohol domina sus pensamientos, emociones y accionesPor lo menos siete millones de niños tienen padres alcohólicos. Los psiquiatras saben que estos niños corren mayor riesgo de tener problemas emocionales, al igual que cuatro veces más probabilidades de convertirse en alcohólicos.




Cuando un padre/madre en la familia tiene este problema, son los otros miembros de la familia los más afectados y los que tienen que lidiar con el problema. Son ellos quienes intentan solucionarlos, enfrentan las consecuencias, y ocultan la situación a las personas fuera de la familia. La presencia del alcohol llega a ser un secreto del que nadie habla ni dentro ni fuera de la casa. Normalmente, los miembros sienten impotencia, confusión, miedo, culpabilidad, ira, y pena. La vida dentro de casa es impredecible e inconsistente, lo cual causa que los hijos no sientan seguridad en su hogar, y tampoco en sí mismos. Muchos hijos de alcohólicos tienen baja auto-estima y no pueden explicar la razón; no se sienten amados y creen que no son merecedores de afecto.
Estos hijos, creen que sus familias son las únicas que enfrentan un problema así. No cuentan su situación a nadie por vergüenza, miedo, y a veces por amenazas hechas por otros miembros de la familia. Las familias alcohólicas viven con muchos secretos. A veces los hijos se responsabilizan por el alcoholismo del padre, y a veces son los padres los que culpan a los hijos del problema. Algunos son víctimas de abusos físicos, sexuales, y verbales, pero todos resultan afectados emocionalmente. Después de tantas experiencias de mentiras, desilusiones, y promesas no cumplidas, aprenden a no confiar en nadie y no intimar. Para lidiar con la situación, muchos desempeñan distintos roles:
-El Héroe – extremadamente responsables, exitosos, parecen “normales” pero se sienten como “impostores”.
-El problemático -  el chivo expiatorio de la familia, siempre en peleas/problemas, drogas o alcohol, esto sirve para que la familia evada el problema real.
-El apaciguador – se acomodan a cualquiera cosa sin quejarse; muy sensibles a cómo se sienten los demás e intentan pacificar situaciones tensas.
-El Payaso – hacen que todos se olviden de los problemas haciendo chistes, siempre parecen alegres, pero en el interior también se  sienten vacíos. El Payaso puede ser una persona divertida y chistosa, pero irresponsable.
Problemas que enfrentan los hijos al alcanzar la vida adulta:
-El “extremadamente responsable” puede llegar a ser perfeccionista o demandar la perfección de los demás.
-El “problemático” puede llegar a tener problemas financieros, legales, profesionales, o sociales.
El hijo de un alcohólico al llegar a adulto puede ser una persona ansiosa, que intenta controlar (demasiado) sus relaciones; puede tener dificultades con la intimidad y la comunicación, puede sufrir depresión o tener problemas de salud por estres. Desdichadamente, muchos hijos de alcohólicos se casan con alcohólicos o ellos mismos tienen problemas con el alcohol.
Es importante que los jóvenes piensen y tomen conciencia de la situación. Están creciendo en un mundo donde el alcohol está causando daños cada vez más graves.
Las personas con alcoholismo casi siempre niegan el problema, dejando que compañeros, amigos, o familiares reconozcan los síntomas y tomen las primeras medidas hacia un tratamiento.
Alcohólicos Anónimos (AA), fundado en 1935, es un ejemplo excelente de la psicoterapia de interacción en grupo y perdura como el programa más difundido y más eficaz para ayudar a las personas con alcoholismo. Ofrece una red de apoyo sólida, con reuniones en grupo en casi todas las ciudades del mundo.

AA es una comunidad de hombres y mujeres que comparten su experiencia, su lucha diaria y esperanza para resolver un problema compartido y ayudar a otros a recuperarse del alcoholismo.

ANEXO 21: HEIDY ELAINNE

Capìtulo XXVIII

UNA SESIÓN FOTOGRÁFICA ATÍPICA 


 


El retrato es la faceta más humana de la fotografía. No en balde se comenzó, valiéndose de una cámara fotográfica, haciendo las primeras fotografías a las personas. El retrato así entendido nada tiene que ver con las leyes mercantilistas que imperar en el mundo del Marketing y la Publicidad. En los estudios fotográficos se trabaja con personas que se ocultan detrás de una máscara y un disfraz. El retrato que se persigue en una sesión fotográfica amateur, es decir, realizada por un fotógrafo amante del retrato, es capturar las imágenes más realistas del modelo, bien sea mujer u hombre. Una sesión donde es imperativo crear un clima de confianza y complicidad entre quien retrata y el retratado. Rompiendo con el paradigma de que el rol de fotógrafo era atribuido a los hombres y el rol de modelo a las mujeres. Aunque esta discriminación está evolucionando aún permanecen estos esquemas de manifiesta desigualdad. El tópico se consuma en nuestros días cuando en el currículum de un curso de fotografía, se incluye fotografiar el desnudo. La inercia se hace presente cuando son siempre las mujeres las que se desnudan como única respuesta didáctica y pedagógica.



El montaje de una sesión fotográfica amateur debe alcanzar como único objetivo el sacar el mejor de los retratos. Es algo muy serio, aunque su realización sea amena y divertida. La imagen personal es sagrada y no se puede contravenir la voluntad de la persona retratada y mucho menos utilizarla para el mercantilismo criminal y el chantaje. En este breve ensayo no me ocuparé del atrezo, de la iluminación, de las puestas en escena en interiores y exteriores; dejando para el modelo o la modelo el vestuario. Aunque sí es preciso hacer hincapié en el clima de confianza y de complicidad necesario para captar la imagen más sosegada y expresiva.
Lejos de huir de tópicos como el narcisismo, el exhibicionismo o el voyerismo, me permito traerlos a esta sesión de fotografía, precedidos por el signo más (+). Es decir,  como valores positivos ausentes de prejuicios y complejos, mientras un facultativo no defina estas emociones o comportamientos como patológicos. Una sesión fotográfica debe conjugar todos los recursos a su alcance, para potenciar y elevar la autoestima del modelo si fuera preciso.



La primera lección que se puede obtener de la fiebre del selfie, es la necesidad que muchos tenemos de hacernos autorretratos. Las Redes Sociales están llenas de retratos realizados sin otra ayuda que las acrobacias que en ocasiones hay que hacer para hacerse un selfie. Estas personas están ávidas de que alguien les preste su mirada y sus manos para hacerse el retrato más deseado y la toma más difícil. Tranquilamente y concentrado en la pose más deseada y oportuna.
Quien retrata debe concertar con el retratado que a través de las diferentes secuencias, ambos van en busca del Narciso que  todos llevamos dentro. Sin consideraciones cualitativas. El grado de narcisismo tiene relación con el nivel de autoestima. En la medida que cada persona se reconozca, se admita y se quiera, dejará que los demás se acerquen y le muestren su cariño.
Otro aspecto sobre la imagen personal es el exhibicionismo. En general en mayor o menor medida todos deseamos ser admirados. Nos aseamos y arreglamos porque deseamos caer bien a los demás. El exhibicionismo es patológico cuando el público objetivo que se elige no comparte el mismo espacio de privacidad, oportunidad, respeto y libertad. Pero mirarse al espejo para contemplar su alter ego, es positivo y estimulante para nuestra auto aceptación.



El voyerismo, más conocido en nuestro idioma tradicional como el mirón, tampoco en sí mismo es negativo. Del mismo modo que nos gusta ser admirados, también nos gusta mirar y admirar lo agradable de las imágenes que se nos presentan ante nuestra presencia. Conseguir mirar a otra persona sus encantos personales, violando su privacidad y forzando una rendija por donde entra nuestra curiosidad, la evidencia nos indica que nuestro comportamiento sino es patológico de entrada es poco ético. Pero reconocer al Narciso que a todos nos acompaña en nuestra vida, exhibir con toda naturalidad nuestros encantos, y mirar compartiendo los encantos de los otros, en régimen de igualdad, es natural y saludable.
Para que el reportaje resulte completo el modelo debe hacerse todas las fotos que con total libertad decida, y después realizar un discernimiento de con quién compartirá tales o cuales fotos. El nivel de privacidad lo acota la persona retratada, aunque haya permitido al fotógrafo hacer un reportaje total y sin censura previa.


EL DESNUDO

Hacer un reportaje donde se incluya el desnudo, solamente se obtiene después de haber creado un clima de confianza, libertad, respeto y complicidad. El retratista debe utilizar todos los recursos posibles para cubrir la desnudez del modelo, que se ve herido por la agresividad del objetivo auténtico ladrón de sus imágenes más íntimas.
Para conseguir la confianza y la seguridad tanto en el proceso como en el resultado final, es aconsejable ofrecer al retratado dos alternativas. Que el fotógrafo utilice la cámara del modelo y que ambos compartan la desnudez durante el desarrollo de la sesión. Concordancia donde es preciso conjugar el grado de complejos y prejuicios que ambos están dispuestos a compartir.



EL AGUA

Las secuencias de la sesión deben de seguir un proceso que vaya disipando tensiones y sosegando el estado de ánimo y de implicación por parte de ambos. Si desde el principio se aborda el desnudo como parte del reportaje, las primeras tomas deben de ser cobijando al modelo bajo el agua. Así los primeros planos del rostro evitan el rigor de la novedad. Bajo el agua las tomas pueden ser desnudo, semidesnudo o vestido con ropa que al mojarse traslucen el cuerpo marcando sus diversas formas.




EL ÓLEO

Una vez concluido el baño, el modelo podría ser estimulado con algún aceite aromático con un ejercicio de reconocimiento que aumentara su auto estima. No se trataría de un masaje terapéutico. Habría que considerarlo como las caricias que el alfarero utiliza para modelar sus orzas y jofainas. El retratado con un antifaz se concentraría en ese mismo modelaje interiorizándolo en su propio cuerpo. El fotógrafo evitaría cualquier molestia que sus manos pudieran ocasionar al modelo. Ya sin antifaz se abordarían todas las tomas del desnudo. En la medida que el modelo vaya contagiándose del ambiente propiciado, el fotógrafo captará las expresiones de su rostro estimulando todo aquello que le advierta de que sus gestos obedecen a su mayor naturalidad. Una música relajante y una continua y desenfadada conversación favorecerán el desarrollo de la sesión.




SENSUALIDAD, SEXUALIDAD, EROTISMO…

Antes de pasar al apartado correspondiente al vestuario elegido por el modelo, es preciso hacer una anotación para que esta sesión dé muestras de atípica, si hasta ahora no había dado muestras de ello. La concordancia entre el hacedor del reportaje y el retratado puede haber creado una dinámica que se desarrolle en varios niveles: Planos donde se evidencie una sensualidad natural. Enriquecerse con una remarcada sexualidad. También el reportaje podríe marcar de forma más acusada una variante erótica y hasta una explícita pornografía. Las líneas divisorias de estas secuencias son totalmente subjetivas y es el modelo quien marcará la línea de privacidad y los espacios para compartir, puesto que él se queda con su cámara y sus fotos.



PRIMEROS PLANOS

Es preciso remarcar que los primeros planos del rostro deben de tonarse al final, porque es el momento en que el modelo está más identificado con el fotógrafo y se establece una gran diferencia con las fotos que se realizan al comienzo de la sesión.



VALORACIÓN FINAL

Una sesión fotográfica planteada en estas líneas generales, tiene más de terapia de autoestima y autorreconocimiento que un simple álbum de fotos. En los años en que fui miembro de la Real Sociedad Fotográfica tuve la oportunidad de encontrar maestros del retrato que montaron cursos y sesiones con un objetivo psicológico más que fotográfico. El título de uno de eso cursos era así de ilustrativo: DEL RETRATO AL AUTORRETRATO.




En mi experiencia como retratista he tenido la oportunidad de conocer en persona de carne y hueso a varios Narcisos, es decir, a modelos narcisistas confesos. También a exhibicionistas sin perder la inocencia natural cargada de positivas intenciones. Y sobre todo puedo constatar que las personas que dan el primer paso para hacer el camino DEL RETRATO AL AUTORRETRATO,  este recorrido no tiene retorno.




Observaciones: Este reportaje se llevó a cabo con una cámara clásica MINOLTA 7000 con dos carretes de diapositivas superpuestas y realizadas las copias en papel a través de Cibachrome.

Capìtulo XXIX

UNA EPÍSTOLA PARA UN EPÍLOGO

(Lección magistral)

Mi querido Pedro:
Anoche estuve leyendo el material que me mandaste, y, desgraciadamente, debo decirte que no estoy de acuerdo en gran parte de los conceptos que desarrollas en él.
En las primeras líneas del prólogo, mejor dicho en el primer párrafo, ya hay dos conceptos que me hicieron arrugar el ceño,
El primero:
Las imágenes obtenidas son obra de un fotógrafo y su calidad objetiva o subjetiva, nada tienen que ver con la dedicación profesional.
No entiendo a qué te refieres cuando señalas lo de la calidad objetiva o subjetiva en la obra de un fotógrafo, es más yo no hablaría de “obra”, sino de la “toma”, puesto que al utilizar el término “obra” ya estás predeterminando que hay imágenes que son obras de arte, y otras que no lo son. Y tampoco creo en la dicotomía objetivo-subjetivo, puesto que la fotografía, la toma que se realiza, el momento decisivo del que hablara Henry Cartier-Brésson, no es más que la máxima expresión de la subjetividad del fotógrafo. Es totalmente falso que pueda existir una foto objetiva, ya que el sólo hecho de escoger un ángulo, y no otro, y un momento para accionar el disparador, son la más clara muestra del inmenso grado de subjetividad que encierra una toma fotográfica.
Nosotros los fotógrafos dejamos constancia en un registro fotográfico (observa que utilizo el término registro y no negativo, ya que hoy en día la imagen digital ya no registra imágenes sobre una superficie foto sensible, sino que la convierte en una ecuación numérica) de algo (objeto, persona, cosa, paisaje, hecho, circunstancia) que tenemos ante nosotros y que DOCUMENTAMOS, es decir fotografiamos, según nuestra muy particular manera de ver o de entender ese objeto, persona, cosa, paisaje, hecho o circunstancia. Y ese fue una de las que les hacía a mis alumnos, y que tú puedes también repetir, al ponerlos ante algo, por ejemplo una casa o un edificio, y pedirles que lo retratasen todos a la vez. Y al momento de revelar los negativos veríamos que a pesar de estar todos ante el mismo objeto, cada uno de nosotros, profesor y alumnos, habíamos observado algo distinto en él. Y es más. Podía verse en la forma de abordar el tema como se revela la personalidad de cada uno de los individuos que la habían tomado. Así saltaba a la vista si el alumno (a) era un hiperactivo, un ser reflexivo, un ser atolondrado, un perfecto irreverente, o un ser convencional, etc. Y tú también aceptas esto puesto que señalas que la fotografía es una expresión del autor, difiero del término, ya que la fotografía es la expresión de la libertad del fotógrafo.
El segundo concepto es este:
La fotografía es arte y como tal…
Me niego a catalogar a la fotografía como un arte, y al fotógrafo como un artista, o como un creador. La única acepción de arte que le cabe a la fotografía es la que tiene que ver con la que describe lo que es el arte del artesano, puesto que el “arte” del fotógrafo radica en la buena y sabia utilización de sus instrumentos de trabajo, los que no es otra cosa más que la cámara fotográfica y el laboratorio, y, hoy en día técnicas de la informática.
Es más, yo soy fotógrafo porque como artista doy pena, y con la fotografía logro expresar lo que no puedo hacer a través del dibujo, el grabado o la pintura.
El artista aprehende lo que tiene ante sí, lo ve, lo convierte en imagen mental, o cuando más elabora un esbozo de lo que está viendo, para luego en la tranquilidad de su estudio recrear lo que vio y que conserva en su mente como un recuerdo. Y se puede tomar todo el tiempo que le de la gana para realizar su cuadro, cuánto tiempo le tomó a Goya los fusilamientos del 3 de mayo, y el cuadro no está terminado hasta que el artista lo firma y fecha de manera definitiva. Pero ese no es el caso con el fotógrafo, puesto que nosotros estamos ante la urgencia de dejar registro de algo que está sucediendo ante nosotros, y no me refiero a un hecho noticioso, me refiero a un algo efímero e irrepetible como lo fue la puesta de sol  que registré en Puerto La Cruz el pasado 24 de Junio, o como estas dos fotos en las que me encontré con un animalito muerto, cuando lo que estaba registrando eran araguaneyes, el árbol nacional de Venezuela, mientras viajaba de Caracas a Maracaibo el 12 de abril pasado.




Y observa este detalle, si hubiese sido artista, que no lo soy, pues hubiese recogido flores amarillas y hubiese “enmarcado” el cuerpo del animalito con ellas, o, hubiese colocado muchas de ellas como saliendo de la boca para “escenificar” el último aliento del cabrito. Pero no. Me limité a registrar lo que tenía ante mí, lo que Dios había puesto ante mí para que lo documentara. Y es que estas fotos, además, son el resultado de un desandar camino, puesto que había dejado atrás un sitio en el que cientos de araguaneyes en flor, y me dije que no, que debía regresarme y tomar esas fotos, y habían varios caminos de tierra a la vera de la carretera secundaria por la que me desvíe, y en el que escogí, a más o menos unos cien metros del coche, me esperaba esa imagen.
Pero así mismo observo que le das una gran importancia al “Pictorialismo”, cuando yo considero que esa tendencia, que si bien es cierto que marcó una pauta hasta la primera década del siglo XX, la misma ya ha sido superada. Y recuerda que el postulado esencial del pictorialismo radica en que “el arte es el fin, y la fotografía es el medio para alcanzar ese fin”.
Y todo este rollo se inició cuando un crítico de arte, no podía ser menos, allá por 1850 y pico dijo que hasta cuándo la fotografía habría de registrar la realidad y más bien no se interesaba por lo bello y lo artístico. Razón por la cual cuando George Eastman populariza la fotografía e incorpora al mercado el negativo de acetato, pues los fotógrafos que se creían artistas reaccionaron contra esa “democratización” de la imagen, lo mismo que está sucediendo hoy  lo digital, y se lanzaron a desvirtuar la esencia de la fotografía para hacerla lo más parecido a una pintura. Y como los cánones que se debían utilizar, antes del Pictorialismo y durante el Pictorialismo, eran los que pautaban las Academias de Bellas Artes, pues si la academia estipulaba que la ortodoxia era la pintura de interiores, pues la fotografía se iba por allí, y si era alegórica, pues la  fotografía era también alegórica (Julia Margaret Cameron, Henry Peach Robinson), y  con el Pictorialismo la fotografía cayó en la selección de temas, y para lograr un parecido a lo que hacían los impresionistas, pues venga a manipular negativos y copias para obtener una imagen que se cuadrara dentro de la estética impresionista.
Por lo cual no es de extrañar que el Purismo proclamara que la esencia de la fotografía estaba en la toma directa, y en deslastrarla de todo aquello que no fuera fotografía, determinando que “la fotografía es el medio y el fin”.
En 1987 el semiólogo francés Jean Marie Schaeffer escribe el libro “La Imagen Precaria – Del positivo fotográfico” (Cátedra, Signo e imagen. Ediciones Cátedra S.A. 1990, Josefa Valcarcel, 27; 28027 Madrid) y en la contra carátula expresa lo siguiente:
“La imagen fotográfica tiene un estatuto complejo: por una parte es la impresión que sobre una superficie sensible deja el objeto que representa y por la otra establece una relación analógica con la visión humana. Entre impresión y analogía se tejen relaciones difíciles, de donde derivan algunos verdaderos y falsos problemas; de ahí la multiplicidad de usos de la fotografía y la diversidad en torno a ella, de las estrategias de comunicación.
(Y ahora viene lo bueno, el lomito que decimos en Venezuela)
El arte fotográfico es el arte de todos los peligros: alberga permanente (observa el término que utiliza; PERMANENTEMENTE) la atención de construir la imagen según modelos pictóricos, de saturarla con estereotipos visuales y culturales. Como si la fotografía tuviera miedo de sí misma, de su especificidad: arte precario e irreductible, indiferente a toda sobrecarga interpretativa, arte profano que se contenta con dar a ver.”
Pedro, creo que con lo  dicho en las últimas nueve palabras de ese último párrafo se está definiendo es su esencia la fotografía, puesto, que al menos para mí, la fotografía no es más que un arte profano que se contenta  con dar a  ver.
Te recomiendo la lectura de ese libro, ya que aclara mucho el panorama en relación a la ontología de la fotografía.
Aquí habré de terminar estas breves reflexiones, pero no sin mandarte también, en archivos .jpg, una serie de artículos que escribí para la revista “Destellos” de la Asociación Venezolana de la Comunidad Fotográfica, en la que mantuve una columna fija de 1995 a 1999, Asociación de la que fui Director de Cultura de 1997 a 1999.
Considero que es el mejor aporte crítico que pueda darte ya que los textos están ilustrados con fotos en las que se reafirma lo escrito. Textos que tienen además que ver con lo que expresas en el ensayo que me mandaste.
Recibe un abrazo de tu hermano, colega y amigo, y al que de manera totalmente exagerada llamas tu maestro.
¡Agur!

Juan Vicente Gómez Gómez
Director del Museo Nacional de Fotografía de Venezuela



SEGUNDA PARTE

TALLER DE RETRATERÍA
(Con vocación didáctica y pedagógica)
Programa de contenidos
  1. Introducción.
  2. Taller de retratería.
  3. Características de un retrato.
  4. Visionado de colecciones.
  5. El fotógrafo y el retratista.
  6. Colaboración y mecenazgo.
  7. Orientación metodológica.
  8. Contenido técnico.
  9. Exposición “fin de curso”.
  10. Apoyo fotográfico digital.

1 Introducción: En su expresión más amplia, la palabra fotografía procede del griego y significa dibujar la luz (de photos, que quiere decir luz y graphis, dibujo). Pero el motivo de este ensayo es más concretamente el retrato. Éste puede considerarse como el resultado de haber captado o capturado una imagen. Otras formas de expresión, obteniendo como resultado final un retrato, son la escultura, la pintura y el grabado. Todas estas formas de retratar configuran una misma realidad en diferentes formatos. Una imagen presenta la personalidad, perfil y características de un ser; manchando una superficie de lo que es y lo que aparenta ser. La Gioconda de Leonardo Da Vinci, por ejemplo. Una  imagen puede tener su representación  dentro de un volumen, como el David de Miguel Ángel Buonarroti. Y  cualquier imagen tiene cabida en un texto, donde la imaginación literaria configura el retrato. De esta manera, un escritor es un retratista y un retratista puede fotografiar lo que el escritor ha narrado o descrito. Podemos añadir, también, el retrato hablado o Retracto en Derecho, “descripción de un individuo siguiendo las reglas y vocabulario adaptados por los servicios de identidad judicial de la policía”.

2 Taller de Retratería: El término de la retratería como taller del retratista o fotógrafo, sería un vocablo a recuperar. Es tanto como volver al romanticismo del trabajo artesano; perteneciente a un gremio de trabajadores o artistas de la misma especialidad u oficio. No importa que ahora las herramientas sean otras y diferentes los soportes. Una fotografía si es una obra de arte, trasciende las épocas, las técnicas y los materiales utilizados. No obstante, toda persona que, amateur  o profesional, tenga pasión por la fotografía, no les separa si la fotografía es su medio de vida o no, sino la consideración de la calidad de su obra. El ser profesional de la imagen, no garantiza una jerarquía de la obra del uno sobre la del otro. En definitiva la vocación del retratista se manifiesta a través de la pasión por el retrato, ajenas a la subjetividad de la calidad de su obra. El fotógrafo si se considera un artista, desarrolla su obra como expresión de su libertad, sin prejuicios y creando lo irrepetible.  Mester de Clerecía, Mester de Juglaría y por qué no Mester de Retratistas.

3 Características de un retrato: La etimología de la palabra retrato, viene del latín, retratus. Y quiere decir, pintura efigie que representa alguna persona o cosa. Descripción de la figura o carácter, o sea de las cualidades físicas y morales de una persona. En sentido figurativo. Lo que asemeja mucho a una persona o cosa. Otras características que configuran el concepto retrato pueden ser: Hacer la descripción de la figura o del carácter de una persona. Imitar, asemejarse. Describir con exacta fidelidad una cosa. A estos oficios que se dedican al retrato, podemos añadir, a los pintores, caricaturistas, escultores y hasta los paisajistas. Un retrato configura y concentra la voluntad de presentar la expresión vital de los seres humanos y la naturaleza. Aunque los protagonistas de una sesión fotográfica, por antonomasia, son el retratista y la persona a retratar.

4 Visionado de colecciones: Compartir con el equipo de trabajo, su opinión sobre las imágenes exhibidas, descubriendo la cualidad, las características o el motivo que más haya centrado la atención mostrada por el autor, enriquece los puntos de vista de una misma imagen al ser contemplada por un conjunto de miradas. Este ejercicio no persigue la discrepancia sistemática y tampoco es un jurado que concede un premio. Aquí nadie pierde y todos ganan. Aprendiendo a mirar; descubriendo lo que la imagen contiene y lo que hay más allá. La intención del retratista, lo que nos cuenta y nos oculta. Esta práctica didáctica, es una característica que nos permite depurar el arte de criticar y el saber mirar para mejor retratar. No existe un guión o cuestionario único para aprender a observar los aspectos más relevantes de una colección de imágenes. En principio hay un primer impacto que nos lleva a detenernos ante una imagen, concretamente y de forma subjetiva porque algo nos ha chocado, nos ha gustado o sorprendido. Cuando miramos una fotografía, varios factores nos asisten, envueltos en circunstancias muy personales. Factores técnicos, psicológicos, emotivos, de rechazo o aceptación y  no pocos elementos subjetivos y de nivel cultural. Las circunstancias serían la ubicación en el tiempo y el espacio.  Imágenes que corresponden a otras civilizaciones o exposiciones o libros de autor que evocan el pasado de quien los contempla. No obstante se pueden marcar algunas pautas que la experiencia nos ofrece. Para comenzar el visionado de imágenes, hay que prescindir de una escolástica preestablecida Esto nos proporcionará un saber mirar cada vez con más crítica cultivada, sobre todo, compartiendo sin prejuicios, nuestra valoración con la del grupo. Ante todo hay que valorar ese primer impacto que nos hace detenernos ante una fotografía. La luz, primeros planos, hasta ocho consideraba Miguel Ángel Buonarroti para sus escultura. El aprovechamiento del formato, los contrastes, texturas, recursos que utiliza el autor para contar el relato. Utilización del color, blanco y negro u otros virados. Profundidad de campo, primeros planos y puesta en escena. Atributos con los cuales se potencia al modelo. Imágenes realistas, surrealistas. El surrealismo se basa en la fascinación por lo extraño, lo incongruente y lo racional. Un ejemplo fotográfico es el trabajo de Man Roy. Esta es una pequeña muestra de su obra.
Pero lo más importante del visionado de una colección de fotografías o retratos,  no es una invitación a la imitación. En fotografía las imágenes son irrepetibles y por este motivo es difícil copiar. El objetivo a conseguir, cultivando nuestra visión crítica, es llegar a la creatividad. Hay que capturar lo instantáneo, único, osado y porqué no, llegar a la trasgresión. La fotografía si no se ejerce con libertad no es un ejercicio de creatividad, no es arte, es otra cosa. El retrato hay que abordarlo sin prejuicios y como expresión de un acto libre. Las imágenes domesticas pueden resultar, si el fotógrafo se lo propone, “espontáneas preparadas” y reflejar un momento familiar simpático y atractivo, resultando una imagen nada vulgar.  Creatividad y trasgresión, en no pocos momentos, se dan la mano.

ANEXO 1: RETRATOS. Imágenes bajadas de Internet de diferentes autores, con el fin de profundizar sobre la riqueza del retrato.


Imagen de la exposición ¿Todos fotógrafos?, tomada en Líbano el año pasado. / MUSEO DEL ELÍSEO DE LAUSANA.
5 El fotógrafo y el retratista: Es preciso adaptarse a los tiempos actuales pero tampoco estorba, reivindicar la figura del retratador o retratadora. Persona que hace retratos. Igualmente retratista, más neutro y universal. Esta última acepción nos recuerda que, el nominativo que más se ha empleado en los orígenes de la fotografía, ha sido, el de retratista. Cuando se comenzó a utilizar la cámara fotográfica para tomar imágenes, el uso más genuino fue para hacer retratos, para retratar. En aquellos primeros tiempos, el fotógrafo y la fotografía, se identificaban con el retratista y el retrato. También es preciso, ahora, hacer una consideración y valoración del nuevo retratista: Un fotógrafo con más de 30 años de experiencia resumió amargamente: "Siento que me han robado mi trabajo, mi identidad y mi estatus profesional. No acepto más aprendices en mi estudio porque creo que ya no tengo ningún conocimiento que transmitirles". A escasa distancia de allí, el Museo del Elíseo, la más importante institución suiza para la fotografía, inauguraba a bombo y platillo la exposición ¿Todos fotógrafos? Esta muestra intenta analizar las infinitas formas de utilizar la fotografía digital y las diversas vías para compartir y difundir el material en la era de Internet. "Nuestro trabajo plantea muchas preguntas, explica Daniel Girardin, comisario del museo, entre ellas si la fotografía se democratiza y estamos así creando al ciudadano-fotógrafo".

6 Colaboración y mecenazgo: La institución docente que organiza un evento fotográfico dentro de su currículum, sobre todo si se trata de jóvenes de los últimos cursos de Secundaría, puede capitalizar estos acontecimientos para otras proyecciones culturales hacia el exterior del centro: Jornada de Puertas Abiertas, Semanas Culturales, Clausura de Curso, etc. Y puede solicitar colaboración a entidades privadas y públicas solicitando su implicación. Ayuntamientos, Centros Culturales, Agrupaciones Fotográficas, Empresas de Imagen y Sonido, Polideportivos y cualquier institución que fomente directa o indirectamente actividades juveniles.


7 Orientación metodológica: ¿Porqué un seminario y no un curso? Porque el curso está basado en la lección magistral del que lo sabe casi todo y los alumnos o discípulos aprenden. Y en el seminario, nadie sabe tanto como todos juntos y con la aportación de todos se consigue máximo rendimiento, creatividad y conocimiento de la obra común.
Para abordar el trabajo en equipo, es preciso aplicarse la máxima de que: “Nadie sabe tanto como todos juntos”.  Como preliminar de la sesión de formación, es indispensable sintonizar con todas las expectativas de los participantes o retratistas. Sirviendo de base la arquitectura de los enunciados, se establecerán todas las aportaciones para desarrollar las sesiones, estudiar los perfiles de los modelos, las tomas, los escenarios, el material fotográfico elegido y la dinámica entre retratistas y modelos. Así como los interiores o exteriores a fotografiar. El trabajo en equipo, también debe de abordarse a la hora de acometer el conjunto de tareas que configuran las funciones de:

  1. Coordinador del seminario
  2. Comisario de la Exposición
  3. Relaciones con los proveedores o mecenas
  4. Edición del catálogo
  5. Creación del cartel
  6. Reporteros gráficos y periodísticos
  7. Críticos
Todos estos roles pueden ser desempeñados por los propios alumnos participantes.

8 Contenido técnico:
  1. La puesta en escena. Interiores y exteriores.
  2. La luz natural y artificial.
  3. Los soportes. Electrónicos, analógicos y digitales.
  4. Trabajos terminales. Personalización y presentación.
  5. Creación y proyección de PPSX, PDF y JPG.

9 Exposiciones fin de curso:
Colectivas e individuales.
Selección de las imágenes. Técnica, soporte y temas monográfico y  libre.
Tamaño de la mancha a libre elección. Paspartus 40X50 cm.
Material fotográfico:
  1. Proyector digital.
  2. Impresora calidad foto.
  3. Marcos negros y cristal 40X50 cm.
  4. Papel  foto de impresión.
  5. Catálogo de presentación.
  6. Cartel anunciador del evento.
  7. Libro de la exposición colectiva.

10  Material de apoyo:

22 ANEXOS
Bibliografía. ANEXO 2: BIBLIOGRÁFICO.

    ANEXO: 22: ABSTRACCIÓN ERÓTICA



    DOS ARTÍCULOS A MODO DE EPÍLOGO

    EL RENACIMIENTO EN LA ERA SELFIE 



     David
     Miguel Ángel Buonarroti

    Durante la Edad Media el centro del universo era Dios y el hombre debía encauzar su vida hacia el cumplimiento de los preceptos divinos y así alcanzar el gozo eterno de la presencia divina. El imperio de la fe suplantó a la supremacía de la razón.
    El Renacimiento italiano supuso una revolución en los conceptos y en los valores. El Hombre se convirtió en el centro del mundo. Se impuso el conocimiento emanado del raciocinio humano y surgieron repúblicas que desarrollaron las ciencias y las letras, el arte, el comercio y la industria artesanal.
    Este movimiento social, cultural y político se cimentó en tres pilares: el Humanismo. El Clasicismo y la Naturaleza. Los renacentistas tomaron como punto de referencia la cultura greco-latina que potenció al hombre alcanzando sobre todo en la escultura el máximo esplendor. Los principios naturales tomados de los estoicos, marcaban la pauta para vivir conforme a la Naturaleza.
    Esta colección de desnudos pretende llevar a la realidad del siglo XXI, los principios y valores del Renacimiento del Quattrocento. Donde el hombre y su esencia natural se revisten de su propia desnudez, despojada de todo prejuicio moral o complejo que perturbe el concepto de belleza. Esta galería es una loa en positivo dedicada a las expresiones más primitivas del cuerpo humano. Imágenes que reflejan la sensualidad de las emociones, tanto en excitación turgente como en reposo. Se podría denominar como el Renacimiento de la Fotografía en la era del Selfie. Es evidente que esta colección contemplada con los ojos del Medievo, o simplemente con la mirada del Nacional-Catolicismo, es en sí algo negativo y un atentado a la moral y buenas costumbres comúnmente aceptadas, en el común de los mundos del imperio de la fe religiosa, dicho de otro modo, el mundo de la sinrazón.
    Renunciar a estas improntas es tanto como renunciar a nuestra propia naturaleza y sus atributos. Negar que seamos seres sexuados, sería tanto como mutilar nuestra capacidad de realizarnos sexualmente. La sensibilidad, la sensualidad, la sexualidad y la genitalidad, son facultades de las mujeres y los hombres sin distinción. Más aún, la sexualidad contemplada desde el más amplio espectro humano, no entiende de géneros.      

    EL RENACIMIENTO Y EL TALLER DE TATRATERÍA
      
    Robert Maplethorpe

    El Quattrocento fue un movimiento de renovación de valores que venían  imperando desde el  Medievo, ocurrido en Italia llegando a España un siglo más tarde. El Renacimiento desplazó a Dios  como creador y rey del cielo y la tierra; situando al Hombre como el centro del universo.  El mundo comenzó a regirse por la razón y no por la fe.  El Renacimiento se basaba en tres pilares que sustentaban la nueva forma de contemplar la Humanidad: 1 º El uso de la razón volviendo la mirada hacia el mundo de los CLÁSICOS de Grecia y Roma. 2º Cultivando disciplinas que dieron lugar al HUMANISMO y como 3º pilar vivir conforma a la NATURALEZA  según habían preconizado los estoicos.
    La Fotografía irrumpió a finales del siglo XIX y comenzó imitando a los pintores en el paisaje (Pictorialismo) y con el retrato consiguiendo improntas realistas de personas, y de ahí que a los nuevos fotógrafos se les llamó con el genérico de retratistas. La denominación de Taller de Retratería reivindica el trabajo de los antiguos artesanos agrupados en un mismo gremio. El retrato ya no era exclusivo trabajo de pintores y escultores, las cámaras fotográficas tomaban imágenes que tratadas en un laboratorio químico lograba revelar sobre un papel emulsionado el retrato de una persona.
    Esta sesión fotográfica pretende ensamblar las pautas del Renacimiento y la consecución de un retrato, pero rompiendo con el encorsetado de un plató secuestrado por las imposiciones del Marketing, la Moda y la Publicidad. En principio el concepto abstracto de la estética, es preciso permutarlo por el concepto más concreto y preciso de la sensualidad.. La espiritualidad patrimonio del ser humano tendente a ensamblarse con una deidad, al contemplarlo bajo un prisma humanístico, esa espiritualidad hay que hallarla en el interior de cuerpo de la persona. Consumación de la percepción de los cinco sentidos.
    La sesión fotográfica así concebida se convierte en un taller, donde los fotógrafos tienen como objetivo reconocer la humanidad del retratado; creando un ambiente basado en la libertad, el respeto y la complicidad. Y en segundo lugar conseguir que el que posa ante él retratista aumente su nivel de auto estima. Si además esta sesión se desarrolla en un marco naturista o nudista, el cuerpo humano se presenta para ser reproducido  consiguiendo las más auténticas de las expresiones. Una sesión basada en los valores del Renacimiento logra atrapar en una cámara, la naturaleza del cuerpo expresión de su  humanismo y sensualidad. Más aún, sexualidad, erotismo y hasta cualquier grado de pornografía. Valores siempre renacentistas y positivos.

    Al hilo de las fotos: Francisco Umbral y la fotografía

    Artículo de Emilio Blanco Gómez

    Al hilo de las fotos PDF

    Catedrático de Teoría de la Señal y Comunicaciones
    Universidad Rey Juan Carlos, Madrid.

    BREVE ENSAYO SOBRE EL RETRATO en formato PDF

    Contraportada



    Foto: Rafael Sanz Lobato

    Pedro Taracena Gil (Madrid 1944)

    Fotógrafo amateur, de amante, que no de aficionado. Autodidacta y como todos los autodidactas, caprichoso, disperso e indisciplinado. Los primeros pasos en blanco y negro los anduvo de la mano de los fotógrafos: Benito Juárez sobre el proceso fotográfico completo. José Frisuelos, profundizando en el revelado de alta calidad en blanco y negro y Antonio Tabernero centrado en el retrato. Trabajó sus propios negativos e hizo copias de sus fotografías en el laboratorio de la familia. Nunca tomó consciencia de los géneros fotográficos que acometía. No obstante, de entre el documentalismo, las texturas y el paisaje, el retrato destaca sobre las demás preferencias. En las épocas de aprendizaje optó por el blanco y negro y después por el color y en menos proporción la transparencia. Y como no podía ser de otro modo, se dejó arrastrar por la fiebre digital. Un colega le regala su Fugifilm y con ella se engolfa en las nuevas andanzas. Desarrolló su actividad como miembro de la Real Sociedad Fotográfica y centró su atención en la Escuela de Madrid. Su investigación sobre el colectivo La Colmena le llevó a conocer a fotógrafos de la época del Neorrealismo Hispano (1950-1970) y a escribir “El ensayo sobre la otra Escuela de Madrid”. Las entrevistas para este estudio le ponen frente a frente con el fotógrafo Rafael Sanz Lobato. A este insigne fotógrafo le concederían en 2011 el Premio Nacional de Fotografía.
    Un día de primavera accedió a su estudio como periodista y salió como discípulo, con no pocas asignaturas pendientes. El magisterio fotográfico ejercido sobre Pedro Taracena, ha sido decisivo a la hora de afianzar su arraigo en la fotografía clásica. Varias han sido las áreas en las cuales ha trabajado con este maestro del documentalismo antropológico; conocimientos técnicos de la cámara analógica, método para abordar la toma fotográfica, sensitometría (Parte de la óptica que estudia las propiedades de las superficies y las emulsiones sensibles a la luz), sistema de zonas y laboratorio químico. Sin olvidar la ingente cantidad de libros que le ha proporcionado para conocer a los grandes autores de la fotografía mundial. Con Lobato se descubre que: “Sólo se aprende cuando tomas consciencia de tu ignorancia”. Sus trabajos en blanco y negro con la Nikon y la Rolleiflex y el tratamiento del revelado con bromuro de plata, le han llevado a la conclusión de que la fotografía analógica y la digital son dos mundos diferentes. La polémica está servida.

    COLECCIÓN DE RETRATOS DE FACEBOOK

    EN GAMA DE GRISES















































    EN COLOR



























































    COLECCIÓN PIER PAOLO PASOLINI



















    Editor: Pedro Taracena Gil